El hallazgo de un cuerpo en el Río Chubut, a menos de 100 metros del lugar donde llegó la represión de Gendarmería, nos tiene a todos entre la incertidumbre, la impotencia y la bronca.
Pero parece que también moviliza a quienes “prestarían” sus servicios a consagrar la impunidad y el encubrimiento de lo sucedido el 1° de agosto. Es el caso del “periodista” estrella de Clarín, especializado en el tema: Claudio Andrade. En la noche del jueves sacó una nota titulada “La pelea interna mapuche fue clave para encontrar el cuerpo”.
Hasta ahora habíamos escuchado análisis más interesantes, como posibles internas en la Gendarmería, entre sus altos mandos y el Gobierno o incluso entre ésta y otras fuerzas federales. Pero Andrade y Clarín siempre pueden sorprender un poco más. Entonces aventuran que “dos partes ferozmente enfrentadas dentro de la misma organización Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), habrían desembocado en una “entrega” del cadáver del joven al juez Lleral por parte de los indígenas. Altas fuentes aseguran que existe una alta probabilidad de que el cuerpo encontrado “oficialmente” el martes 17, en realidad, haya sido avistado por los indígenas unos días atrás”.
Entre las mentiras y los mensajes serviciales
Ya el lenguaje utilizado por Andrade es toda una seña del periodismo amarillo, ese que detrás de los condicionales y las comillas intenta disimular sus verdaderas intenciones. Habrían, “entrega”, altas fuentes, alta probabilidad. “Para afirmar esta teoría” dice Andrade, que más que teoría es toda una acusación criminal, “se basan en las ansiedades de la justicia en las últimas horas y a la filtración de mensajes”. Una insólita combinación entre psicología barata y servicios de inteligencia.
A partir de allí el “periodista” hace una serie de especulaciones. Una llamada realizada “entre el 6 y el 7 de octubre” – ya la imprecisión quita cualquier seriedad al dato – habría alertado no solo al juez sino también a la fiscal, que según Andrade “apuró” el rastrillaje.
Luego se explaya sobre la supuesta “feroz interna mapuche”, con el nombre y apellido de referentes de la comunidad. Gracias a sus “altas fuentes”, revela los horarios y lugares por donde, siempre según Andrade, se movieron a mediados de octubre para cruzar a Chile. Allí, aunque “se desconocen los motivos, podría tratarse de encuentros con grupos mapuches radicalizados”. Insólito. Lo que desconozco lo invento.
El relato de las “internas” se torna tan confuso que es preferible dejarlo de lado por un momento. Lo importante es que en la madrugada del 17, según Andrade, alguien de la comunidad habría llamado al juez para decirle “tiene que ser hoy”.
La verdad
Lo cierto es que los primeros días de octubre la Pu Lof en Resistencia recibió la visita del juez Lleral. Incluso un “ala moderada” de Clarín reflejó ese diálogo.
Lo cierto es que la posibilidad de nuevos rastrillajes nunca fue descartada por los integrantes de la comunidad. De hecho habían permitido cada uno de los operativos, siempre reclamando veedores y garantías mínimas. Hasta tuvieron que soportar una invasión comandada por el Ministerio de Seguridad y el juez Otranto, que mantuvo a los jóvenes mapuches esposados con precintos, y barrió varios kilómetros al Norte y al Sur de la comunidad, incluida la zona donde apareció el cuerpo.
Lo cierto es que integrantes de la comunidad participaron, al igual que las querellas, se reunieron con el juez el día viernes 13 en horas del mediodía. Allí fueron informados del rastrillaje que este realizaría días después y las condiciones en que se haría. También acordaron fecha, horario y la participación de todos ellos. Por eso, el martes antes de que salga el sol todos estaban saliendo para el kilómetros 1488 de la Ruta 40. El llamado “tiene que ser hoy” solo existió en un sueño de Andrade, que según “altas fuentes” estaba durmiendo. Si hubo algún llamado al juez para dar algún dato, será de otro actor de la causa, no de quienes buscaban a Santiago y participarían del rastrillaje.
Lo cierto es que el juez Lleral firmó el 13 de octubre una resolución donde pone como argumento para realizar un nuevo rastrillaje la declaración testimonial al Prefecto Principal Leandro Antonio Ruata de la Prefectura Naval Argentina.
Lo cierto es que la fiscal Silvina Ávila no participó del rastrillaje. “Se apuró” en pedirlo, supone Andrade, pero llegó tan tarde a la Lof que el juez prefirió que no participe. Incluso el diario La Nación contó que por ese motivo “se desató una fuerte discusión a metros del ingreso”. Esa puede ser una interna interesante para que se luzca nuestro “periodista”.
Lo cierto es que la familia de Santiago, los organismos que participaron y la comunidad, se sorprendieron y consternaron ante la aparición del cuerpo. Lo dijeron Sergio Maldonado, Mabel Sánchez (APDH) y Soraya Maicoño, una de las voceras de la comunidad nombradas por Andrade. “Hace dos días, tres días, eso no estaba, decididamente no estaba. Se hubiera visto porque es un lugar bastante transitado. No podemos saber cómo apareció ese cuerpo ahí, pero seguimos sosteniendo que a Santiago Maldonado se lo llevó la Gendarmería”.
Los “peligrosos” de siempre
Para agregarle un poco de condimento a su relato, Andrade asegura que “el rastrillaje transcurrió bajo la estricta vigilancia de los mapuches, armados con palos y cuchillos”. Ya no se entiende: ¿si le “avisaron” al juez donde estaba el cuerpo, para qué harían una “vigilancia estrictamente armados”?
Además, dice Clarín que el “flamante referente de los más violentos” le lanzó piedras al juez. La verdad es que el único tumulto esa tarde ocurrió cuando el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, se acercó en una actitud que la abogada Verónica Heredia definió como “una provocación”.
Hay un último dato sobre la peligrosidad de la comunidad: “El juez Lleral tenía la intención de regresar para tomar muestras de las orillas del río, pero tuvo que retroceder. Ningún winka ingresa a territorio mapuche, sería la consigna”. Andrade debería flashear menos e informarse mejor: Lleral no recoge muestras, lo hacen los peritos. Justamente, y tal como estaba pactado, el miércoles 18 trabajaron allí los integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense.
En cualquier grupo puede haber distintas posiciones y diferencias, también en la comunidad mapuche. Lo perverso es que algunos medios sigan sosteniendo campañas para desviar la atención sobre los verdaderos responsables de la brutal represión que siguió con la desaparición de Santiago Maldonado, de las maniobras y mentiras que se tejen desde el poder para que no se conozca la verdad. |