Ante el anuncio de la construcción de un muro fronterizo entre México y EE.UU., diversas voces se levantaron. Destacaron las grandes movilizaciones por parte de la comunidad latina que tomaron las calles en contra de las políticas antiinmigrantes del nuevo gobierno estadounidense.
Los planes para la concreción de este proyecto han tenido altibajos, desde retrasos del presupuesto hasta la búsqueda de una compañía adecuada para construirlo. Seis empresas seleccionadas por licitación a finales de septiembre tienen al menos ocho modelos del muro.
Pero también esto trajo el repudio de artistas al sur del Río Bravo. Enrique Chiu, muralista que vive en Tijuana, decidió romper el récord del mural más grande del mundo aprovechando la construcción de la infame obra. Él pretende no sólo extender su obra a municipios en Baja California, Chihuahua, Sonora y Tamaulipas, sino además (según sus propias palabras) “hermanar la frontera”.
Más de 2,500 personas se han sumado a su proyecto; “agarren una brochita y a darle” son las palabras de Chiu para dirigir a las distintas personas, artistas y comunes, nacionales y extranjeros, que han decidido colaborar. En una entrevista reciente, Chiu dijo que “nos dimos cuenta de que la frontera no sólo es de los mexicanos”.
Artistas de distintos países como Alemania, Guatemala, China, Japón, Nueva Zelanda, Francia y las Islas Canarias han dejado ya su marca en una muestra de solidaridad y repudio al muro de Trump, que pretende ir más allá que lo que pretendieron sus antecesores demócratas y republicanos al extender la barrera antimigrante a toda la frontera con México. | 
