Daniel Viglietti se convirtió en uno de los máximos exponentes de la música de protesta y popular latinoamericana. Falleció durante una cirugía realizada en su natal Uruguay a la edad de 78 años.
Era cantautor cuando los militares dieron el golpe de Estado a Uruguay en 1973, diez años antes había iniciado el reconocimiento a su carrera, por su música de protesta, en apoyo a las luchas sociales y en simpatía con el Che Guevara. Fue detenido poco antes del golpe, luego de haber recibido varios llamados a los que no se había presentado. Estuvo incomunicado y su vida amenazada, mientras el ejército decidía su situación, legal o prisión clandestina.
Jean Paul Sartre y Julio Cortázar fueron firmantes de la campaña internacional que exigía su liberación, esto le permitió partir a su primer exilio, en Argentina. Posteriormente, viajó a Francia y como sobreviviente de la represión militar, se convirtió en la voz de la resistencia contra las dictaduras latinoamericanas, por la vida de los detenidos políticos y contra la represión a los luchadores sociales.
No pudo volver a Uruguay hasta 11 años después, en 1984, cuando dio a conocer su gran trabajo realizado en el exilio, junto a Mario Benedetti, "A dos voces", una de las más bellas musicalizaciones de la literatura de nuestro continente.
Su música guarda similitud con Víctor Jara en Chile, Gabino Palomares en México y Chico Buarque en Brasil. Editó decenas de discos con música de protesta. Su música era el soundtrack de aquella generación que resistió las dictaduras en el Cono Sur.
Exiliado es que escribió y compuso junto a Mario Benedetti el disco "A dos voces", una de las más bellas musicalizaciones de la literatura de nuestro continente.
"Ana Clara" y "A desalambrar" serán tocadas en el cielo de los rebeldes.