Acabar con el arte de mercado y exigir un acceso irrestricto al arte y la cultura, en la perspectiva de terminar con las cadenas del capitalismo, que impide el pleno derecho al arte, el ocio y la creación de manera libre, son parte de sus ejes transversales.

 
Para "Artistas con Dauno" el acceso a las expresiones artísticas es limitado a quienes pueden pagar o tienen el tiempo libre para hacerlo. Afirman que la gran mayoría de la población no son dueños de su tiempo, explican que con largas jornadas laborales, el tiempo de ocio queda limitado para un sector privilegiado. Una de las propuestas es: trabajar 6 horas diarias, 5 días a la semana, por el derecho al tiempo de ocio.

 “Si reducimos la jornada laboral, además integrando al trabajo a los trabajadores desocupados, todos tendríamos el tiempo a disfrutar del arte y la cultura, las encuestas culturales demuestran que la principal razón de la no asistencia a espectáculos artísticos tienen que ver con la problemática del tiempo.”  Declara Valeria Yáñez, militante trotskista e impulsora del Festival Escena Obrera y y parte de artistas con Dauno.
 
Otra de las demandas es la lucha por espacios culturales públicos y estatales, los cuales puedan ser administrados por sus trabajadores

Es importante considerar que actualmente no existen centros culturales públicos que sean completamente financiados por el Estado, menos aún en barrios periféricos. Los grandes centros culturales que funcionan como Corporaciones de derecho privado, reciben millones. En el GAM, por ejemplo, un 60% corresponde al aporte del estado, sin embargo el resto del financiamiento es arriendos millonarios de las salas, convenios y alianzas estratégicas con privados.

El sistema de administración de los recursos del estado paga millones de pesos en sueldo a los directores, y se hacen llamar “Corporaciones sin fines de lucro”, mientras tienen a sus trabajadores con diferencias sustanciales de sueldos. Simon Busquet, presidente del Sindicato de Trabajadores del GAM, también parte de las ideas de artistas con Dauno, hace algunos años denunció los sueldos millonarios de los altos puesto del GAM, y hoy cree más que nunca que necesitamos de un acceso irrestricto a la cultura y las artes. El llamado es a terminar con los centros culturales elitistas y en manos de empresarios y por la apertura de todos los espacios públicos para la libre realización de actividades artísticas garantizando que existan escenarios, salas de ensayo y todo lo que requiera la producción artística.

En el área educacional plantean que al existir una educación para ricos y otras para pobres, las horas de formación artística están sujetas a esta división de clase, manteniendo una diferencia sustancial entre colegios privados y colegios públicos.

La necesidad de una educación gratuita universal

Educación 100% financiada por el estado, laica, no sexista y de calidad, que no tenga filtros de rendimiento, y que integre horas de formación artística en una educación integral y con posibilidad de decisión de las y los estudiantes de sus mallas curriculares, para Artistas con Dauno, se vuelve fundamental. Victoria Hernández, actriz y profesora de lenguaje, parte del grupo declara: “La educación artística debiera formar parte del curriculum, porque de alguna manera estamos apuntando a la formación de sujetos y sujetas, con una educación integral, que pueda desarrollar experiencias educativas que no solo tengan que ver con los contenidos o conocimientos propios de las diferentes disciplinas, sino apostar al desarrollo de la capacidad de reflexión y el pensamiento crítico, a través de la expresión artística. Cuestión que se nos ha prohibido durante mucho tiempo.”

Atendiendo a las problemáticas del arte y la cultura Dauno Tótoro expresa, “El estado y los gobiernos de turno ponen su acento en generar ganancias mientras las y los artistas viven en la precariedad. Es por eso que creemos que si las y los trabajadores del arte y la cultura, en conjunto con las organizaciones sociales y trabajadores de distintos sectores no toman en sus manos las decisiones sobre esta materia, tendremos condenado el patrimonio, el arte y la cultura al alero del mercado, y una de sus leyes, la denominada Ley Valdés, que permite a empresarias y empresarios evadir impuestos, al mismo tiempo que lavan su imagen cuando donan dinero a proyectos artísticos, seguiremos teniendo un financiamiento a las iniciativas culturales en base a la competencia y un reducido presupuesto". En ese sentido uno de sus ejes es el fin de la ley de donaciones culturales, Ley Valdés.

Alejandra Navarrete, poeta, integrante del movimiento comenta “Uno de los mayores problemas que se da al dedicarse al arte es la falta de recursos, lo que hace que muchos artistas debamos ser escritores, músicos, escultores, pintores, etc. y a su vez tener que trabajar en otras cosas para poder sustentarnos y sobrevivir. Necesitamos medidas concretas donde el artistas y la cultura sean valorados dentro de la sociedad y se reconozca el aporte social”. Sobre el financiamiento, unas de las grandes problemáticas del arte y la cultura, es el reducido presupuesto existente, el 0,4% del gasto público actualmente. El programa en este punto da un paso bastante adelante, proponiendo financiamiento permanente a la creación artística y proyectos culturales, garantizado 100% por el estado y gestionado por sus trabajadores.

 “Los FONDART, Fondos de cultura que se entregan a los artistas son ínfimos en comparación al conjunto de artistas y trabajadores de la cultura existentes, postular a un fondo estatal finalmente se convierte en casi ganarse la lotería. Nos dicen que no hay dinero, pero es solo cosa de ver cómo los empresarios aumentan sus ganancias. Por ejemplo con el impuesto progresivo a las grandes fortunas o con la renacionalización del cobre y los recursos naturales gestionado por sus trabajadores podríamos financiar los sueldos a las y los trabajadores del arte y la cultura, así como a las distintas iniciativas culturales que se presenten por parte de la población. Estas ideas tienen el fin de poder crear sin miedo y hacer frente a la precarización laboral que estamos enfrentados día a día. Por último que las y los trabajadores de las artes y la cultura podamos decidir sobre ese mismo financiamiento, independiente de los gobiernos de turno y el estado, nos permite procurar la independencia del arte de cooptaciones mercantiles ”.  Declara Verónica Zapata Bendel, actriz, impulsora de Escena Obrera, integrante de artistas con Dauno y militante del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR).

La problemáticas que hoy están presentes en el terreno del arte y la cultura se cimientan en un sistema capitalista que sitúa al arte como un bien de consumo. Fernando Jiménez, artista visual y restaurador, integrante de Artistas con Dauno comenta “La privatización del arte y la cultura impide que miles de trabajadores y trabajadoras puedan conocer como expresión de su espíritu estas distintas disciplinas y lenguajes que nos hacen pensar, soñar. Lo que queremos es un arte que no nos forje a las migajas del sistema, al patio trasero, al basural y desde ahí sobrevivir. Queremos construir un arte que combata y cuestionen este sistema opresivo, que esclaviza el arte y la cultura y en ese camino transformar esta sociedad."

Construir un arte que combata y cuestione este sistema opresivo, que esclaviza el arte y la cultura y en ese camino transformar esta sociedad

Artistas con Dauno ha realizado difusión en centro culturales y escuelas de arte. Valeria Maureira, actriz e integrante del grupo comenta “Es muy importante que un candidato se enfoque en las problemáticas que tenemos los artistas, y generar la conciencia de que somos también trabajadores y desde esa trinchera exigir nuestras demandas. La mayoría de colegas han recibido muy bien las ideas”.

La invitación que hacen es a sumarse y discutir estas y otras perspectivas para terminar con las cadenas del capitalismo, hacen un llamado a apoyar las candidaturas anticapitalistas como una forma de apostar a una tribuna que visibilice las demandas del arte y la cultura y junto con la lucha de las y los trabajadores de los distintos rubros, poder exigir y pelear por un arte que no esté al alero del mercado.

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