Por años los habitantes de la quinta región vieron el fenómeno de la migración como algo que solo ocurría en Santiago, pero hoy ciudades como Valparaíso, Quillota o La Calera han visto un aumento exponencial en la cantidad de población migrante que comienza a convivir en estos lugares.
A propósito de este fenómeno el Mercurio de Valparaíso entrevistó a candidatos del Frente Amplio, la Democracia Cristiana, Amplitud y Chile Vamos. En dicha entrevista los candidatos pudieron dar su visión sobre el fenómeno de la migración y hacia donde apuntan las necesidades para integrar a las comunidades, segregarlas o derechamente prohibirles su ingreso.
En la última línea y con un tono de cinismo, la candidata de “Chile Vamos” Rosario Pérez puso énfasis en los pocos controles que hoy se realizan a las personas que ingresan al país, en sus dichos apuntó a que Chile debería generar “los controles para evitar que sujetos con antecedentes penales desarrollen carreras criminales en nuestro país”. Los dichos de la representante de Piñera no hacen más que promover una visión criminalizadora de la migración aun cuando las estadísticas oficiales han cifrado que menos del 1% de los delitos cometidos en Chile son producto de personas migrantes. Es por esto que los dichos de Sebastián Piñera de que uno de los principales focos antidelicuencia de su gobierno será desarmar las bandas de migrantes que se unen para delinquir es sencillamente una falsedad y que en sintonía con los dichos de Pérez, buscan implantar una imagen negativa de la migración.
El candidato de la DC René Lues puso el énfasis en el cambio a la ley migratoria para evitar “el ingreso con visa de turistas de los migrantes a sabiendas que vienen a residir a nuestro a país, y el abuso del que estos pueden ser objeto por parte de personas inescrupulosas”. Lues aun cuando da cuenta del abuso que existe por parte de chilenos hacia los inmigrantes no da cuenta de que ese abuso viene por parte de empresarios que pagan menos, no respetan las leyes laborales o los someten a situaciones de extrema precariedad laboral aprovechándose de sus necesidades. Esto también ocurre en los espacios habitacionales, donde las comunidades haitianas hoy viven el hacinamiento, o a través de la sobreespeculación en el valor de los arriendos de habitaciones u hogares.
La representante del Frente Amplio Mabel Zuñiga se refirió a la migración como un debate donde se evidencia el “clasismo y el racismo implícito” del discurso criminalizador y agregó que el problema a resolver son las condiciones de trabajo –subocntrato- y vivienda que deben soportar cientos de miles de inmigrantes, para ello “la tarea es promover un nuevo modelo de desarrollo y una nueva ley de migraciones que regule este fenómeno en virtud de los intereses de Chile y de quienes vienen a nuestro país a ganarse la vida honradamente”.
Por último el candidato de Amplitud Álvaro Sanhueza señalo estar de acuerdo con abrir las puertas, pero puso el énfasis en que se deben mejorar las condiciones en las que habitan los migrantes en nuestro país.
La precariedad tiene cara de inmigrante
Como decíamos aquí “La problemática de la migración no es un fenómeno reciente: a fines de los años noventa empieza a crecer la población migrante en Chile, ya que éste se posiciona como un país con una condición económica y política “estable”, mostrándose como un destino seguro para las personas que buscaban una mejor oportunidad.”
Pero una vez llegado al país, los inmigrantes deben sufrir los prejuicios de una sociedad conservadora, clasista y racista, identidad que se construyó influenciada por el neoliberalismo y su visión individualista, competitiva y egoísta. Tampoco es ajeno a nadie el abuso que empresarios hacen de su fuerza laboral, ofreciendo trabajos precarios, con condiciones que rayan en la esclavitud moderna, sin respetar ni reconocer los estudios que estas personas han realizado en sus países de origen.
En el marco de las elecciones diversos candidatos han manifestado su visión sobre la migración, muchos lo ven como un problema o desafío a enfrentar, cuando el debate de fondo no es si ingresan a chile personas de diversas nacionalidades, sino que herramientas tenemos las y los trabajadores para acogerlos, en sus diversas realidades, y ofrecerles un futuro común, donde la precariedad la enfrentamos siempre los pobres, mientras los empresarios se llenan los bolsillos a costa nuestra. |