El Operativo Enseñar es una evaluación que se aplicó a los estudiantes de los últimos años de formación docente el martes pasado. Al igual que el Operativo Aprender, se trata de una evaluación estandarizada donde se pretende responsabilizar a los docentes de los problemas de la educación, como paso para impartir la ideología mercantilista del éxito y abriendo la posibilidad de que el salario docente esté condicionado a respuestas predeterminadas por políticos o técnicos revestidos de "expertos" y que nadie sabe quiénes son, ni cómo ni quiénes fundamentan las respuestas que indican que serían correctas.
Es extremadamente peligroso este avance del neoliberalismo educativo tecnocrático, ya que apunta al adoctrinamiento y manipulación, y a liquidar la capacidad de reflexión y pensamiento que tienen docentes y estudiantes y que se debe cultivar en cualquier ámbito educativo, y más si éste es "superior" y formativo de docentes.
Este tipo de evaluaciones omite el contexto social de cada estudiante, su proceso de aprendizaje, es decidido antidemocráticamente y sin la participación del conjunto de la comunidad educativa capacitada, esto quiere decir: docentes, académicos y comunidad educativa. En cambio sí estimula estos procesos el Banco Mundial. ¿Qué tipo de educación se pretende desde el gobierno, las instituciones y los técnicos que realizan dicha evaluación?
De la zona sur se eligieron dos institutos para aplicarlo, el n°11 y el n° 35; en el primero se decidió categóricamente su rechazo. Fue contundente la respuesta del estudiantado. El lunes 30 en el ISFD n° 35 se realizó una clase pública donde participaron otros institutos, con la finalidad de expresar un amplio rechazo a esta evaluación, explicando a todos los estudiantes y docentes de qué se trata. La actividad se llevó a cabo en la vereda, porque en asambleas y jornadas previas la dirección del establecimiento negó el acceso a las instalaciones. Al finalizar la clase e ingresar a las aulas a continuar las actividades, desde la dirección se ordenó anular la asistencia tanto de alumnos como de docentes que hubieran participado de la clase pública. Los docentes se opusieron rotundamente ya que todos los participantes son miembros plenos de la comunidad educativa y no se puede negar el derecho a la libre expresión como a pronunciar consideraciones y rechazos a políticas educativas que el gobierno pretende imponer sobre la educación pública.
El martes 31 los alumnos del centro de estudiantes volantearon en la puerta del instituto a todos los alumnos con la finalidad de concientizar acerca de la evaluación "Operativo Enseñar" que se iba a llevar a cabo ese día. Nuevamente la directora intentó impedir la actividad amedrentando a los estudiantes y a los gritos (como suele intervenir, extraño en un ámbito educativo superior) les exigió que cesaran de volantear. Ya había ordenado antes al personal auxiliar limpiar las paredes del instituto de carteles que habían realizado los estudiantes con formas casi patoteriles.
Es insólito que en un establecimiento público haya este accionar de directivos, coartando la libertad de expresión, oponiéndose al debate y al intercambio analítico y político entre estudiantes y profesores. Da cierta vergüenza, y lamentablemente no es la primera vez que suceden estas situaciones.
En muchos institutos de formación docente se rechazó esta evaluación. En el ISFD n° 35 de Monte Grande sólo la realizaron entre 30 y 50 estudiantes sobre unos 150 en condiciones formales de hacerla, según fuentes estudiantiles o las vinculadas a la dirección. A las claras, fue un fracaso para la política de imposición de evaluaciones tecnocráticas, manipuladoras y antidemocráticas como estas que impulsan el Banco Mundial y el gobierno. | 
