La Revolución Rusa fue una tempestad que recorrió el mundo entero abriendo un antes y un después en las luchas de las clases explotadas y oprimidas contra sus explotadores y opresores. Los temores de estos se activaron comprobando que podían ser derrocados; las esperanzas de aquellos se desbordaron. Sus organizaciones debieron replantearse todo: sus mismas formas de organización, sus teorías y estrategias, sus culturas militantes. Se dividieron. Se abría una época o de reforma o de revolución.
Hay un hecho que transgrede todos los supuestos y pronósticos, la revolución obrera y campesina de mayor trascendencia, habiendo anticipado públicamente tanto la fecha de la insurrección, como el aparato militar que habría de materializarla, obtuvo el 7 de noviembre de 1917 una victoria que transformará completamente la estructura del país y abrirá el curso a una revolución mundial.
La irrupción de vastas masas a la ofensiva política contra el viejo orden desequilibra la moral de una industria de la información acostumbrada al relato de la paz social y democrática, su rol conservador se convierte en un azote contra sí misma a la hora entender estos procesos, pero es su obligación de responderle a la burguesía lo que frustra toda coherencia entre el “dato frío” y el enunciado permisible, de ello se derivan las más descabelladas interpretaciones, omisiones y falsificaciones por parte de la prensa, y así, las actuales lagunas y entuertos.
La prensa burguesa pierde su fe en Rusia
¡Cuán lejos estamos ya a finales del mes de septiembre, del optimismo que derrochaba la prensa liberal una vez instaurado el Comité de Salud Pública en marzo de ese mismo año! A estas alturas ya nada parece augurar la estabilidad perdurable de un gobierno democrático-republicano burgués para Rusia. A continuación presentamos al lector dos notas del 29 de septiembre que dan perfecta cuenta de este estado de ánimo en la prensa venezolana de la época:
El Nuevo Diario, 29 de septiembre
KERENSKY PIERDE SU INFLUENCIA EN EL CONSEJO
Los maximalistas ganan terreno
Petrogrado: 24. El crecimiento de la supremacía de los Bolcheviques entre los delegados del Consejo de Trabajadores y Soldados, ha despertado mucho el interés tanto aquí como en Moscú, pues el programa radical comprende la eliminación de la propiedad de las clases acomodadas.
(…)
Los periódicos dicen que los maximalistas están ganando dominio completo sobre los delegados al Consejo de Trabajadores y Soldados y que la situación promete hacer crisis a la reunión del Congreso.
Si el primer ejemplo no muestra suficientemente la imposibilidad del “dato frío” sin tendenciosidad ni reticencia, no habría más que deslizar la mirada por el segundo:
La Religión, 29 de septiembre
SUCESOS DE RUSIA
Se clama por un Dictador
En tal estado cualquier cambio en Rusia será determinado por la suerte de las armas (…) Mr. Purishkevich, político reaccionario, que conserva popularidad… francamente, pide una dictadura militar como salvadora medida después de la debacle militar de Galitzia.
Más amplios poderes para Kerensky
(…) Kerensky todavía conserva completo poder (…) tiene hoy más influencia que la que tuvo como premier, habiendo sus poderes extraordinarios adquiridos de un modo sutil un carácter oficial (…) Pero el gobierno no se atreve a ir más lejos, en atención a que los bolcheviques se oponen al establecimiento de la pena de muerte en el ejército que, por otra parte, todos los moderados consideran como un castigo necesario.
Planes de los extremistas
(…) El Partido de los bolcheviques, abiertamente, se pronuncia por la paz y muestra más enemistad hacia la Entente que hacia Alemania. Los bolcheviques, quienes han promovido todo disturbio desde la Revolución, se preparan solapadamente para crear más conflictos (…) Otro futuro trastorno en el gobierno, significaría que los bolcheviques llegarán al poder (…) es posible que haya un corto reinado bolchevique y luego una dictadura.
Un mes antes de la revolución, El Nuevo Diario [7.10.1917] publica una nota del New York Times de la pluma del periodista Muñoz Bustamante, que contraviniendo la confianza que entre febrero y julio dispensaba la prensa burguesa internacional hacia Rusia, se refería a la cuestión rusa en los siguientes términos:
Un país sin clase media, un país donde sólo existe una clase superior corrompida y una clase inferior viciosa, no está preparado para la democracia ni apenas para la libertad, y por eso confunde aquella con el anarquismo y este con la licencia (Rosas Marcano, 1980: 42)
Entre juicios de valor y arrebatos de desaliento, el “periodista” encuadra a su manera con la desesperanzada burguesía internacional.
Lejos de mejorar las cosas para el Gobierno provisorio, todo parece empeorar en la medida en que el mes de octubre avanzaba, Lenin proclamaba en la prensa del partido que “La crisis ha madurado” [Rabochi Put, 20/10/1917], mientras que estos a mediados de octubre se planteaban la cuestión sobre si “¿Se sostendrán los bolcheviques en el poder?”
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Los partidarios de Lenin han derrocado el gobierno provisorio
La información sobre el triunfo bolchevique llega a Caracas el 10 de noviembre, tres días después de los sucesos, y a dos días de su emisión por parte de un Cable francés:
El Universal; 10 de noviembre
GRAVE SITUACIÓN EN RUSIA
Petrogrado, noviembre 8. – (Cable francés). Los partidarios de Lenine han derrocado el gobierno provisorio. El primer ministro Kerensky ha salido de la capital. El Palacio de Invierno, que era la residencia del gobierno, ha sido tomado por los rebeldes. Se ha constituido un Congreso formado de los delegados de los Obreros y Soldados, para discutir respecto de la formación de una nueva Asamblea Constituyente y sobre cuestiones de paz y de guerra. (Ver imagen)
Poco más tarde, el mismo cable francés será quien publique, para la prensa venezolana, el programa de gobierno expuesto por los líderes de los bolcheviques, Lenin y Trotsky, que –como sabemos– comprendía “nada de anexiones ni indemnizaciones” y que la paz debería ser concluida no por diplomáticos sino por representantes de los pueblos.
En los días finales de noviembre, escribe Jesús Rosas Marcano, en su trabajo de investigación hemerográfica sobre la revolución de Octubre en la prensa venezolana de la época:
Los funcionarios de la embajada rusa en Washington han declarado enérgicamente que Lenin, jefe de la revolución de los bolcheviques, no está considerado en esa sede diplomática como un traidor. La aclaración la han hecho para desvirtuar el rumor que hacía correr el gobierno francés, de que era un agente alemán pagado por el Kaiser. Finalmente concluyeron los diplomáticos rusos que ellos, aunque opuestos a la manera de proceder de Lenin, lo estimaban como un obrero sincero de una causa utópica. [Rosas Marcano, 1980: 45-46]
Recorte de prensa de El Universal [10/11/1917]: El asalto al poder
El partido de Lenin y Trotsky
Al finalizar el año 1917 ya en el país se conocían algunas de las primeras medidas tomadas por los “maximalistas”, también llamados entonces “el partido de Lenin y Trotsky”, entre ellas fueron destacadas la supresión de los títulos de la nobleza, las distinciones y los privilegios. Un cable danés suministró información sobre el paradero de Kerensky.
Se informó que “Trotsky, ministro de Negocios Extranjeros ha revocado por decreto a todos los agentes diplomáticos y consulares que no reconozcan el nuevo gobierno” [Rosas Marcano, 1980: 47], Fueron transmitidas íntegramente las declaraciones que Makalof hiciera al diario parisiense Excelsior en las que este llamaba “Pandilleros” a Lenin, Trotsky y Kamenev, al tiempo que profetizaba “antes que el hambre invada a Petrogrado habrá desaparecido el régimen maximalista” [ídem.]
El Nuevo Diario [22.12.1917] es quien publica la primera medida tomada desde el Comisariado de Agricultura las primeras medidas del “comunismo de guerra”, concluyendo el mes de diciembre con la declaración del Gobierno de Trabajadores y Campesinos de los comisarios del pueblo, estableciendo la reducción sin demora de los ejércitos.
Lenin (1920) advirtió que: “en la lucha entre los órganos de prensa […] las clases se forjan un arma ideológica y política adecuada para las batallas futuras” (1998: 35) Quienes aquí reivindicamos la vigencia de Octubre cien años después, consideramos pertinente mostrar aquellas genuinas batallas ideológicas como realmente fueron libradas, antes que la intelligentzia anticomunista traficara con sus montañas de odio e injurias, y antes que la impostura estalinista propagara su vulgata, como no han cesado de hacerlo a lo largo de un siglo, especialmente ahora bajo un capitalismo en crisis.
En los órganos de prensa, prosigue Lenin completando su idea: “La lucha de clases se manifiesta de un modo absolutamente nuevo y con mayor relieve. Los partidos revolucionarios deben completar su instrucción” (íbid.)
ANEXO: LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE EN RETROSPECTIVA
Respecto al impacto inmediato que la Revolución de Octubre tuvo en el país, el periodista Jesús Rosas Marcano, apunta que los lectores de la época no mostraron mayor interés en los acontecimientos reseñados:
Ningún comentarista, ningún articulista, manifestó actitud alguna, favorable o adversa, sobre el cambio que se operaba en Rusia. Igualmente está ausente la posición de los periódicos en cuanto a alguna nota editorial enjuiciando la revolución (…) Respecto a los titulares sí observamos que muchos de ellos son orientados y otros tantos tendenciosos que denuncian la posición de estos periódicos ante los acontecimientos. [1980: 49]
Hemos explicado este hecho a partir del analfabetismo de amplios sectores sociales condenados a la semi-servidumbre, o su sujeción a un tipo de capitalismo incipiente, con ausencia de estructuras de clase propias del capitalismo dentro de un estado nacional dependiente en vías de “modernización”, el tipo de intelectualidad existente en la época en su mayor parte se reducía a quienes compartían intereses comerciales, políticos o militares con la dictadura gomecista.
El profesor Reyber Parra Contreras (EDILUZ, 2009), señala en Los orígenes del debate socialista en Maracaibo (1849-1936) que para el año de 1918, en Venezuela apenas se iniciaba el proceso de revalorización de las ideas bolcheviques. Los primeros que lo hicieron se encontraban en pequeños círculos de estudio, como el caso de lo que fuera “El Tonel de Diógenes” para José Pío Tamayo; o en las academias y publicaciones, como el caso del crítico literario Jesús María Semprum, quien ya en 1920 salía en defensa de la Rusia soviética, con La verdad sobre Rusia [Panorama, Nº 1879; 28/08/1920].
Es tras la consumación de la dictadura estalinista, cuando el rótulo comienza a cambiar, ya no se habla de “régimen anárquico” (acusación proveniente de la dictadura), sino de “régimen autocrático”. En 1933, mientras Rómulo Betancourt como dirigente del Buró del Caribe de la Internacional Comunista todavía defendía la revolución de Octubre de sus detractores, en Venezuela Ramón Villasmil, fundador de Panorama, introduce la idea del socialismo como “fracaso”.
Aunque una recepción verdaderamente masiva, aunque fuera distorsionada, de la Revolución Rusa de 1917 comienza a tomar cuerpo a partir de 1936, tras la muerte de Gómez y la formación de los primeros partidos políticos, con la vuelta de los dirigentes venezolanos exiliados pertenecientes a la Internacional Comunista estalinizada.
En otro esbozo presentado acá, hemos querido dar cuenta de cómo las fluctuaciones de la lucha de clases nacional e internacional a lo largo de cien años han influido en la proliferación de lecturas y actitudes divergentes frente a la historia de la revolución de Octubre, derivando sus efectos en los imaginarios que se entretejen en la producción literaria venezolana en sus diferentes períodos. Si el materialismo histórico nos sigue siendo útil, es porque puede dar cuenta de este movimiento, y a su vez, nos equipa con una perspectiva de clase sólida para plantearnos el camino de la subversión revolucionaria de nuestra realidad. |