“La empresa conducida por Mario Dell’Acqua analiza quitar de la venta asientos para descomprimir una operación amenazada por las medidas de fuerza”. La afirmación tajante sobre las intenciones del directivo de Aerolíneas Argentinas podría ser considerada como una bravuconada si no fuera la idea central que encierra una de las notas publicadas en el diario La Nación, uno de los principales voceros de los planes oficialistas.
El diario Clarín, por su parte, retoma las declaraciones del ministro de Transporte Guillermo Dietrich, quien aseguró que el oficialismo tiene “voluntad de diálogo” para alcanzar un acuerdo y responsabilizó a los trabajadores por “tomar de rehenes a los usuarios del servicio”. Las declaraciones del ministro están lejos de ser un exabrupto. Pretenden reforzar el sentido común que apunta a construir el macrismo contra el derecho a la protesta y responsabilizar a los trabajadores para atacar sus condiciones de trabajo, aplicar mayores recortes y flexibilización laboral.
Las medidas de fuerza que vienen protagonizando los trabajadores de Aerolíneas y Austral son parte de la pelea por la recomposición salarial, en una paritaria que ya lleva vencida poco más de un mes. La pelea se da en el contexto de la discusión de la contrarreforma laboral y el ataque que pretende emprender el Gobierno contra los derechos del pueblo trabajador, para el cual aspira a contar con la complicidad de la CGT para llevarlo adelante, entregando los derechos de las próximas generaciones.
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“Los sindicalistas están afectando a Aerolíneas” sostuvo el ministro y luego realizó una declaración más que elocuente acerca de la complicidad sindical a la que apuntan desde el Ejecutivo: “Tenemos otros sectores sindicales que podríamos llamarlos de alta dureza, como la UTA, la Unión Ferroviaria, la Fraternidad, los portuarios, y nunca tuvimos una huelga”.
Precisamente los sectores que señala Dietrich, como la UTA que encabeza Roberto Fernández, son los gremios que mantienen un “diálogo” fluido con el Gobierno nacional y rifan los derechos de sus representados ante el ajuste.
El apriete del Gobierno contra los trabajadores incluye declaraciones y amenazas de divulgar los salarios que perciben actualmente, como una ofensiva por responsabilizarlos por la cancelación de vuelos y por “poner palos en la rueda” y afectar la venta de los pasajes que ofrecen las Low Cost. “Ya en este último Hot Sale (por la venta online con rebajas) que hubo la semana pasada se vendió menos que el anterior porque comprar un pasaje de avión es una cuestión de confianza y la realidad es que cuando la gente tiene incertidumbre de lo que va a pasar, deja de volar en la compañía”, aseguró Dietrich.
El gran negocio de las empresas de bajo costo empalma con el sentido de época que quiere imponer el macrismo con la contrarreforma laboral: grandes ganancias para los empresarios a costa de mayor productividad y menos derechos laborales.
La organización de los trabajadores aeronáuticos, el repudio a las amenazas de los directivos contra el derecho a huelga y las medidas de fuerza que vienen llevando adelante no son sólo son parte de una pelea por mejorar el salario, sino por defender los derechos de generaciones enteras frente al ataque del Gobierno y la complicidad de los traidores de siempre. |