En la proximidad de un nuevo año es preciso hablar de la desmunicipalizacón. Esta ha sido uno de los principales caballos de batalla de miles de estudiantes secundarios y trabajadores de la educación, que a punta de movilización la han puesto en la palestra pública en diferentes momentos. En la “Revolución Pingüina” fueron miles de secundarios los que lograron ser la principal oposición a los gobiernos de la Concertación en base a esta demanda, por su lado profesores y trabajadores de la educación en todos sus conflictos laborales ponen al centro la misma discusión. El año 2015, en pleno gobierno de Michelle Bachelet, se ingresó un nuevo proyecto que aborda el tema, siendo aprobado en general pero con modificaciones. Al igual que todas las “reformas” de la Nueva Mayoría, fue transada con la Derecha.
En aspectos generales, la ley busca crear un sistema público y único que gire solamente en torno a la educación, alejándose de las gestiones municipales que abordan diversas materias. Se piensa como un organismo “descentralizado”, dependiente de la Dirección de Educación Pública DEP. Además de otras pequeñas instituciones dentro del sistema, como los Servicios Locales, Consejos Locales y los Comités Directivos Locales.
Si bien esta ley ha superado su trámite legislativo, se estanca producto de la falta de dinero, ya que los sectores de la oposición al gobierno no aprobaron en el año 2016 la glosa presupuestaria que permitiría poner en práctica esta política pública. Pronosticándose la puesta en marcha de esta para el año 2018.
Con lo que respecto a su implementación, en el año 2018 se espera que se instauren 4 servicios locales, en la tercera, cuarta, novena y región metropolitana, lo que significa un traspaso de 59.570 alumnos, claro está que esto se sujeta a la discusión presupuestaria que se dará el 2017. Debemos entender que este cambio administrativo es solo eso, no cambian los aspectos autoritarios de las instituciones, le asignan más peso a la opinión de alcaldes y autoridades regionales que a los propios estudiantes y trabajadores de la educación y los profesores seguirán agobiados con la Carrera Docente. Inclusive, en los Consejos Locales se contará con la presencia de empresarios y universidades privadas.
¿Qué luchas debemos impulsar?
Desde el año 2011 se dio un escenario de apertura política en los más amplios términos, permitiendo instalar debates educativos en escuelas, liceos y universidades. La cuestión educativa siempre a tornado entre el conductismo más autoritario a las incipientes experiencias de educación popular y aulas emancipadoras, todo relacionado con la academia. Pero de nada sirve reducir la discusión a términos metodológicos, si las niñas y niños al momento de salir del sistema escolar chocarán con pruebas estandarizadas o se enfrentarán al desdén de la patronal en sus lugares de trabajo.
Por esto es que hoy proponemos a través de nuestras candidaturas anticapitalistas, con estudiantes de pedagogía y trabajadores de la educación un programa que logre agrupar a cientos y miles para recuperar la educación de las manos del empresariado, con un claro carácter transformador y que se perspective como un bastión en las luchas de la clase trabajadora. En primer lugar es preciso luchar por el control y administración de los espacios educativos, donde tengan presencia en las decisiones estudiantes, apoderados y trabajadores de la educación, pero también la comunidad organizada. Impulsar una propuesta de construcción curricular desde las bases del sistema, que contenga líneas generales pero en su germen tenga directrices basadas en la realidad de los territorios, respondiendo a la lucha de género, el reconocimiento a las comunidades indígenas y la incorporación de la nueva población migrante.
Por otro lado, las medidas laborales del gobierno de Piñera y de la Nueva Mayoría golpearon fuertemente al mundo de la educación, es por eso que proponemos un contrato de funcionario público titular a profesores y asistentes, por consecuencia la vuelta de todos los establecimientos al Estado, el fin a la Carrera Docente y la implementación inmediata del 50/50 de horas lectivas y no lectivas. Todo esto como se menciona anteriormente, a través de un movimiento que tome en sus manos estas demandas, con un sindicato único de trabajadores de la educación y la preinscripción de estudiantes de pedagogía. |