Durante el fin de semana los principales medios publicaron nuevos detalles del llamado Pentagate, en donde importantes dirigentes de la derecha son investigados por delitos tributarios y financiamiento irregular de campañas electorales. El delito que se investiga es el uso de boletas “ideológicamente falsas”, es decir, pagos realizados por Penta (importante grupo económico ligado a la UDI) justificados en boletas por servicios que nunca se prestaron.
Hasta ahora, quienes estaban en el centro del huracán eran personajes como Laurence Golborne y Pablo Longueira, ex candidatos presidenciales de la derecha, los actuales senadores Iván Moreira, Ena Von Baer, y el diputado y presidente de la UDI, Ernesto Silva. Sin embargo, los nuevos antecedentes confirman que dirigentes de otras fuerzas políticas están involucradas en el escándalo.
Los “detalles sabrosos”
El pasado domingo el diario La Tercera hizo públicos los correos electrónicos enviados por políticos de la derecha a los controladores del Grupo Penta. Uno de los mensajes muestra cómo Iván Moreira, senador de la UDI y uno de los principales voceros del pinochetismo, rogaba por financiamiento: “¿me tienes castigado, Hugo? Te estoy llamando hace 10 días. Trata devolverme llamada. Un abrazo”. En los correos, el senador se refiere a los aportes como “un cupón de combustible” y “un raspado de la olla”, ofreciendo su “gratitud para toda mi vida” a los empresarios.
El tenor de los correos ha generado un enorme impacto político e indignación en las redes sociales. Sin embargo, el secretario general de la UDI se limitó a decir que los correos dan “detalles sabrosos” pero “nada muy nuevo”. Por su parte, Ernesto Silva, presidente de la UDI, se defendió reconociendo que pudo haber actuaciones irregulares pero no necesariamente delitos.
Se confirman más implicados
A su vez, se hizo público que Felipe Kast, dirigente de Evópoli (movimiento que busca darle una nueva imagen a la derecha), también solicitó aportes, lo que él mismo había negado rotundamente hace meses atrás. Por su parte, representantes de Andrés Velasco, ex ministro de Hacienda del primer gobierno de Bachelet y fundador de Fuerza Pública (movimiento liberal que busca disputar el centro político), también figuran dentro los correos publicados.
Otro de los detalles que sacó a la luz pública El Mostrador, fue el rol central que jugaba Jovino Novoa, uno de los “coroneles” de la UDI. Según los antecedentes de la investigación, fue él quien actuaba de intermediario y acompañaba a los candidatos a la oficina de los dueños de Penta.
Recordemos también que hace unos días El Mercurio publicó que Hugo Bravo, ex ejecutivo de Penta, aseguró que la Fundación Futuro, creada y presidida por Sebastián Piñera, recibió “de manera fraudulenta” $50 millones. Y es que tal como se filtró hace unas semanas, uno de los ejecutivos de Penta habría asegurado que “los políticos están cagados de susto, esa es la parte buena. Entonces están moviéndose políticamente, en la onda de ‘empatar’, pos h.. ¿entendí? ‘si vos me cagai a mí, yo te cago a vos’, porque aquí están todos metidos hasta las masas”.
Se abren nuevos flancos contra Ernesto Silva
Hasta el momento, la UDI ha respondido a la “arista política” del caso Penta con la estrategia del “empate”. La máxima es “si caemos nosotros, caen todos”, por lo que han formado una comisión dentro de la UDI para investigar el financiamiento de las campañas de la Nueva Mayoría, apuntando sus dardos a Bachelet y los pagos realizados a sus asesores durante la campaña presidencial.
Sin embargo, para el presidente de la UDI se han abierto nuevos flancos: paralelamente, se dio a conocer que Ernesto Silva y sociedades de su familia figurarían en el listado manejado por la red de corrupción que operó al interior del Servicio de Impuestos Internos para estafar al fisco.
La derecha está jugando con fuego, y la Nueva Mayoría actúa con cautela evitando un enfrentamiento directo. El caso Penta ya es el principal escándalo político de los últimos años y cada vez más amenaza con desnudar al conjunto del régimen político. |