Alejandro Guiller de la coalición oficialista Nueva Mayoría enfrentará el próximo 17 de diciembre al derechista y ex presidente Sebastían Piñera. El martes Guiller se reunió con la presidenta Michelle Bachelet para discutir la continuidad del proyecto oficialista si se impone en el Ballotage y logró el apoyo del anunciado por el diputado democristiano Matías Walker.
La Democracia Cristiana (DC) estuvo dividida durante todo el segundo Gobierno de Bachelet y su sector conservador se había impuesto para encontrarse ahora derrotado en las elecciones.
Creían que sacarían mejor votación. Creían lo que estaba instalado: un resultado irremontable a favor de Piñera. Creían que los candidatos del sector conservador, Ignacio Walker, Fuad Chahin, Andrés Zaldívar, entre otros, les ganarían a los de sus sector progresista favorable a la Nueva Mayoría como Yasna Provoste, Ximena Rincón, Francisco Huenchumilla.
Por eso, ante los pedidos de apoyo inmediato a Guillier, lo rechazaron. Dijeron que esperarían tranquilamente al día siguiente cuando se reuniera su consejo nacional. Una vez finalizado, en la tarde de ayer, el diputado Matías Walker, informó la resolución de darle el apoyo al candidato de la Nueva Mayoría sin condiciones.
Lo cierto es que antes del consejo nacional, Carolina Goic renunció a la presidencia de la DC.
Horas antes, sin esperar tampoco esta reunión, la disidencia realizó una vocería con Ximena Rincón y Gabriel Silber, solicitando precisamente su renuncia.
No es para menos, es la peor elección en toda la historia de la DC. Durante su apogeo, en 1965 tenían 82 diputados (sobre 147). En 1990 asumieron 38 parlamentarios. En 2001 comenzó su declive, con 23. En 2005 cayeron aún más logrando 20. En 2009, apenas 19. En 2013 subieron a 21 parlamentarios. Ahora, en 2017 se derrumbó con apenas 13.
Pero no es solo un derrumbe electoral
La DC se había inclinado a la derecha con los “matices” de Ignacio Walker y la “cocina del Senado” de Andrés Zaldívar. También con el “Progresismo sin progreso” de Mariana Aylwin y con Gutemberg Martínez decretando el fin de la Nueva Mayoría, incluso la decisión del “camino propio” que encabezó Carolina Goic.
Pero ahora la ex presidenta debió declarar que "es claro que existe un descontento en la ciudadanía, la gente quiere un cambio y ello ha sido capitalizado por el Frente Amplio".
Hizo un llamado oblicuo a votar por Guillier en la segunda vuelta diciendo que “hoy es Alejandro Guillier quien debe liderar la tarea que se le ha encomendado. Será responsabilidad de él como candidato tomarlas, si lo estima pertinente, y conducir este proceso con todos aquellos que queremos seguir avanzando en el desarrollo que requiere nuestro país".
Por su parte, Gutemberg Martínez aclaró que no veía fácil alcanzar un acuerdo para respaldar en la segunda vuelta a Guillier, con una DC acéfala y Mariana Aylwin repitió que no es partidaria de apoyar a Guillier.
La DC puede romperse por derecha. Ya repitió el camino del viejo Partido Radical, que fue de la presidencia de Aguirre Cerda y motor del Frente Popular y sus herederos, a un pequeño partido parlamentario. Su declive fue expresión de una nueva etapa, y su precipitador: devino el gobierno de Carlos Ibañez del Campo, el paréntesis de Alessandri hijo, la izquierdización del PS, el surgimiento precisamente de la DC, el paso al Chile de los tres tercios.
En tanto, pueden fortalecerse sus sectores más progresistas, no solo manteniendo sus tensiones internas, sino dándole una sobrevida a una Nueva Mayoría reformulada, pero con el Frente Amplio a su izquierda. |