Foto Silvana Colombo
La calle cortada, un corazón gigante en el medio dibujado con muchas copias de su rostro, banderas que reclaman verdad y justicia. El lugar donde esa tarde comenzó la despedida de Santiago no podía estar de otra manera.
Hasta allí comenzaron a llegar muchos de los que lo habían conocido en vida, o los que lo conocieron el último tiempo levantando el reclamo de su familia desde aquel 1 de agosto, cuando desapareció tras una represión de Gendarmería.
Adentro estaban su padre Quique, su madre Estela, Sergio, Andrea y Carolina, sus tías y familiares más cercanos. También Verónica Heredia, la abogada de la familia. En la sala principal, los que se acercaban a despedirlo se encontraban con el rostro de Santiago en una de las fotos más lindas que se conocen de él, sonriendo.
Foto Silvana Colombo
También llegaron hasta acá algunos de sus amigos. Los que había hecho en sus incesantes viajes. De Mendoza, El Bolsón, La Plata, Bariloche. Esos amigos que en los últimos meses ayudaron a conocerlo como un tipo comprometido, solidario y sensible. O los que había cosechado en su ciudad natal. Los que crecieron con él, cómo Juan, que muestra el tatuaje que le hizo Santi la última vez que vino. O Pablo, que también lo llevaba en la piel. Porque no solo había dolor y lágrimas, sino anécdotas con risas y orgullo de haber compartido cosas con él.
Se acercaron también militantes que han acompañado sin pausa la lucha por su aparición primero, por verdad y justicia después. De derechos humanos, sociales y de distintas corrientes. Entre ellos estuvieron también los diputados Horacio Pietragalla (FPV), Victoria Donda (LS) y Nicolás del Caño y Myriam Bregman (PTS-Frente de Izquierda).
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Foto La Izquierda Diario
Mientras, llegaba una brutal noticia desde el sur. En Bariloche las fuerzas federales reprimían ferozmente a jóvenes de la comunidad mapuche con la noticia que hablaba de un muerto y varios heridos. No podía ser más brutal el “homenaje” del Estado justo el día que se despedía a un joven que había sido víctima justamente de un crimen de Estado.
Más tarde, uno de los momentos más emotivos fue cuando llegó, ya de noche, Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Las dos madres, Nora y Estela, se fundieron en un abrazo, ante la foto de Santiago.
También llegó en ese momento una delegación de obreros de PepsiCo. “Te dije que iban a venir”, le dijo una señora a Sergio. Él había estado en la carpa de los despedidos el día anterior, frente al Congreso. Ellos le habían enviado una corona pero también un brazalete con el rostro de Santiago y el reclamo de verdad y justicia. Sergio les dijo que será una de las cosas que se llevará Santiago mañana.
Foto La Izquierda Diario
La primera jornada de despedida fue acompañada por muchos jóvenes. Habían colgado sus banderas denunciando al Estado, reclamando verdad y justicia. Habían puesto el rostro de Santiago, pintado de mil colores, cómo a él le gustaría.
Es que Santiago se ha convertido en un símbolo para muchos de su generación. Porque, como antes había sucedido con Maxi Kosteki y Darío Santillán, o con Mariano Ferreyra, Santiago dio su vida por una causa en la que creía y por la que a su manera militaba. Por eso la despedida de este fin de semana es solo una circunstancia. Santiago ya es una bandera para miles y miles de jóvenes.
Este domingo continuará el velorio y más tarde acompañaremos a la familia al cementerio de 25 de Mayo.
¡Santiago Maldonado Presente, Ahora y Siempre! | 
