Efectivos policiales pertenecientes a la Comisaría N° 38 de la provincia de San Luis dispararon balas de goma en medio de la vía pública, golpearon a una familia y se llevaron detenido a Marcos Lucero.
Como se ve en el video publicado por la familia, víctima del ataque policial, en la red YouTube, Marcos Lucero, quien acababa de comprar su moto, es detenido por la Policía exigiéndole exponga la documentación del vehículo, lo cual fue “obedecido” por el joven. Cuando de forma repentina y violenta Marcos es reducido y entre medio de gritos y disparos de balas de goma efectivos policiales golpean a las mujeres que presenciaban y filmaban con sus celulares el procedimiento ilegal.
Luego de la detención, la familia de Marcos Lucero presenta un Habeas Corpus el cual es rechazado por la Justicia puntana.
La causa, como habitualmente sucede, fue caratulada como “resistencia a la autoridad”.
La esposa de Lucero denunció a los medios locales que su marido “no se podía ni mover” por los golpes y las torturas con picanas eléctricas que recibió en la Comisaría 38° razón por la cual, luego de la acusación efectuada, fue trasladado a la Comisaría Seccional 2°.
La denuncia por apremios ilegales involucra a personal de la Comisaría 38°, COAR y la división motorizada.
El hecho ocurrió en el Barrio Amep así como rutinariamente ocurre en los barrios populares de la ciudad de San Luis. Al igual que cientos de jóvenes, Lucero era acosado verbalmente por la policía lo cual fue denunciado en el mes de mayo. Parece que a la “autoridad” no le fue grato, llevando a cabo las amenazas denunciadas.
La represión y las razias policiales se hacen cada vez más frecuentes. En el mes de agosto un joven de 20 años, maletero de la estación de ómnibus, denunció públicamente a efectivos policiales de la Comisaría Séptima de golpes, torturas y de introducirle un palo en cola durante su detención, lo que le produjo lesiones que fueron verificadas por el médico que lo atendió, según relata su abogado Jorge Merlo.
San Luis no es otro país, las fuerzas represivas del Estado atacan a los sectores más vulnerables aquí, allá y donde sea que puedan abusar de su “autoridad”, por lo que “resistir” se torna inevitable. Y se hace necesario que en contraposición seamos cientos los que salgamos a las calles a decir #Basta.