La Volks alega crisis de producción y afirma que no pueden evitar los despidos, queriendo llegar a 2200 trabajadores en total. Son centenas de familias que de un día para otro no tienen garantías de futuro; muchos se enteraron el último día del año que perdían su empleo por telegrama.
El último acuerdo entre la patronal y el sindicato fue en el 2012 y preveía que en caso de darse despidos sería a través de Plan de Retiros Voluntarios (PDV) o de trabajadores próximos a jubilarse, en todos los casos los derechos serían garantizados y el acuerdo se mantenía hasta 2019. Hacia finales del año pasado la patronal llamó al sindicato para anunciar que implementaría el PDV de 2100 trabajadores y el congelamiento salarial hasta 2016. Sin embargo en la última asamblea del año el acuerdo entre el sindicato y la empresa fue rechazado de forma unánime por todos los trabajadores.
La respuesta patronal fue entonces implacable: 800 trabajadores de un solo golpe, sin respetar el acuerdo firmado en 2012.
Los despidos en masa en la Volks de San Bernardo para garantizar ganancias exorbitantes de las patronales que quieren profundizar la tercerización y la precarización del trabajo, se dan en el contexto de un año que comenzó con ajustes por parte del gobierno federal, y cuyo principal ataque es justamente el derecho al seguro de desempleo. Los despidos masivos en la Volks son parte de un paquete de medidas de Dilma y sus aliados, que incluye al PT pero también al PSDB y el resto de los partidos patronales, para descargar sobre los trabajadores el peso de la crisis económica y garantizar con despidos las ganancias de los grandes empresarios.
La huelga fue votada por unanimidad. Todos saben que el desempleo aumentó y que no hay nuevos puestos de trabajo. La huelga se inicia ahora y será en la fábrica, con actividades diarias. La lucha contra los despidos en la Volks debe ser tomada como un caso testigo para evitar que el plan de despidos de las patronales avancen y los gobiernos de Dilma e Alckimin impongan sus planes de ajuste. |