Según un estudio epidemiológico del 2016 de la Dirección Nacional de Sida del Ministerio de Salud de la Nación, 120 mil personas vivimos con VIH a nivel nacional. De este número, solo el 70% (84 mil personas) conocen su diagnóstico por lo cual hay aún 36 mil personas que viven con VIH pero no lo saben porque no se hicieron el test o por otras razones. Solo el 81% de las personas seropositivas están bajo tratamiento.
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Estos números intentan expresar una realidad que las personas que vivimos con VIH tenemos presente. Hoy serán publicados en numerosos medios de comunicación hegemónicos los nuevos datos del estudio epidemiológico 2017 de la Dirección de Sida donde, una vez más, seremos enumerados y nuestras realidades y derechos serán un número más.
Por la aprobación de la nueva Ley de VIH, Hepatitis Virales e ITS
Así pareciera que somos solo números o personas que no necesitamos derechos también para el gobierno nacional de Cambiemos y para los distintos gobiernos provinciales para quienes fue más importante atacar a jubilados y al conjunto de las y los trabajadores que nuestros derechos. Por algo se negaron estos dos años a tratar y aprobar una nueva Ley de VIH, Hepatitis Virales e ITS que se presentó en la Cámara de Diputados de la Nación.
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El proyecto en cuestión perdió estado parlamentario ayer y deberá volver a ser presentado siguiendo todas las instancias burocráticas desde el inicio. Esto, claramente, por responsabilidad política de Cambiemos cuyos diputados trabaron el tratamiento.
Pero también cabe destacar el rol del kirchnerismo cuyos diputados tampoco buscaron que el proyecto sea aprobado hasta el final. Incluso, muchos y muchas referentes y activistas de este espacio mantuvieron como estrategia política el lobby con diputados y senadores oficialistas para que este derecho sea conquistado.
Una vez más, como pasó con el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, se demuestra que los derechos no se mendigan, sino que se conquistan con la organización y la lucha junto a los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Queremos la cura ya
Hoy, gracias a los avances científicos que se fueron conquistando producto de la lucha de muchas organizaciones, el VIH es un virus que se trata y podemos vivir nuestras vidas normalmente. Sin embargo, después de más de 30 años de su descubrimiento, se siguen muriendo personas como consecuencia de las enfermedades oportunistas en un sistema inmunológico completamente debilitado producto del sida.
Hoy VIH y sida no es igual a muerte. Hace años venimos repitiendo el slogan tanto activistas como organizaciones de personas seropositivas. Sin embargo, se siguen muriendo personas por esta situación. Personas que no accedieron a su tratamiento o “decidieron” no tomarlo ya que no querían afrontar la situación. Incluso, hay jóvenes y adolescentes que “deciden” terminar con su vida al descubrir su diagnóstico.
A su vez, sigue siendo invisibilizada la realidad de las personas que nacieron con VIH. Ellas y ellos quienes hoy en día tienen hasta 30 años y sus cuerpos han servido de experimentos de los grandes laboratorios al punto que hoy siguen sufriendo los efectos secundarios de los medicamentos antirretrovirales que se otorgaban en los 90.
Hoy la medicación casi no genera efectos secundarios pero sus realidades durante su niñez o adolescencia se encontró fuertemente afectada por aquella medicación. Por algo la situación de las personas que se infectaron mediante transmisión vertical estaba contemplada dentro de la nueva Ley de VIH, Hepatitis Virales e ITS que Cambiemos se negó a tratar
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Incluso, la realidad de las personas que vivimos con VIH sigue marcada por la discriminación y estigmatización.
Desde los mitos que aún persisten como que el virus se transmite por un beso o compartiendo un mate, hasta el miedo a tener relaciones sexuales con una persona seropositiva por si se transmite el virus, siendo que es imposible la transmisión si se usa preservativo o si la persona seropositiva está indetectable.
Esto es producto de una ignorancia mantenida en el tiempo que se da tanto por la falta de educación sexual como de información a la que puedan acceder las y los trabajadores y sectores populares.
Pero también, persiste la discriminación a la hora de buscar un trabajo. Hubo una resolución del Ministerio de Trabajo que jamás se implementó en nuestras realidades y por eso también la prohibición de los test de VIH en los preocupacionales está contemplada en el proyecto de una nueva ley de VIH.
Un derecho tan básico se ve restringido por las políticas de los patrones de seguir pidiendo test preocupacionales con VIH como si el diagnóstico fuera una limitación para poder trabajar.
Esta situación de invisibilización, discriminación y estigmatización que se perpetúa generando aún más divisiones en las filas de las y los trabajadores y sectores populares. El tener o no VIH su suma así a una larga lista de opresiones existentes que tienen su expresión en la violencia hacia mujeres, hacia gays, lesbianas, trans, bisexuales e intersex, hacia negras o negros, hacia las comunidades aborígenes, hacia las y los inmigrantes, etc.
Los gobiernos son responsables
El problema no reside en si una persona elige o no adherir a un tratamiento, sino en que el tratamiento esté realmente disponible. Que no haya faltantes de medicación, que una obra social o prepaga no nos niegue el acceso a la salud, violando la ley vigente.
Tanto durante los gobiernos kirchneristas como ahora bajo el macrismo no tomaron medidas políticas para que esta realidad se transformara, que no haya nuevas infecciones, para que todas las personas accedan al tratamiento y para que haya información científica en todos los niveles educativos sobre lo que es el VIH-sida y todas las infecciones y enfermedades de transmisión sexual.
Bajo el gobierno de Macri, esto se demuestra ya que es el mismo gobierno el que a pocos días de asumir como primer mandatario, modificó el Decreto N° 357/2002 que reglamentaba la ley 25.673 de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
Si bien el Programa siguió funcionando, la política del gobierno nacional y los distintos gobiernos provinciales fue en detrimento de implementar la Educación Sexual Integral (ESI) según la ley aprobada en el año 2006. Pasaron los gobiernos pero la ESI sigue sin implementarse tanto para el nivel medio y ni se considera en ampliarla para comenzar a aplicar una educación sexual desde una perspectiva transversal en la educación superior universitaria.
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La lucha por todos nuestros derechos
Ante esta situación de opresión sobre nuestras vidas, la única salida que podemos darle es organizarnos y buscar una solución a todos nuestros problemas, conquistar todos nuestros derechos y transformar esta realidad de raíz, buscando vivir una vida que merezca ser vivida, en un sistema sin ningún tipo de opresión ni explotación.
Es necesario organizarnos y movilización de forma independiente de los partidos patronales que defienden los intereses de los grandes laboratorios o la Iglesia que se opone a cualquier conquista de nuestros derechos. Una organización de las y los seropositivos en conjunto con las y los trabajadores y sectores populares para conquistar todos nuestros derechos, con quienes toman como bandera la lucha por nuestra libertad sexual, así como la lucha contra todo tipo de opresión y explotación.
Sabemos que la igualdad ante la ley no significa igualdad ante la vida. Debemos ser conscientes que por más que conquistemos una Nueva Ley de VIH, Hepatitis Virales e ITS, nuestras realidades seguirán afectadas por la discriminación y estigmatización. Por esto, solo con la organización y movilización podemos terminar con toda forma de discriminación que quieran imponernos sobre nuestros cuerpos y sexualidades e incluso podamos conquistar que se investigue, se avance y obtengamos la cura del virus. |