Sin lugar a dudas, las 1.084* personas que trabajan en la Teletón junto con los 1.500* voluntarios realizan una enorme tarea, digna de ser reconocida como un gran aporte en la rehabilitación y mejora en la calidad de vida de más de 26.000* niños y niñas con necesidades especiales del país.

Ahora bien, el problema de fondo se evidencia en que la rehabilitación de estos niños y niñas, se concentra en una sola institución, cuando en realidad es una situación de la que el Estado debe hacerse responsable. Al no hacerlo, deja a la deriva a miles de familias que se encuentran en esta situación, cuya única oportunidad de recibir la ayuda profesional necesaria radica en un evento “de caridad”.

Permanentemente la excusa del Estado para no hacerse cargo en materias de salud (y todos nuestros derechos) es que “no hay recursos”. La realidad es que los recursos están, el problema es que en lugar de ser dirigidos a subsanar las necesidades de miles de familias de trabajadores y trabajadoras (quienes en realidad son los que producen los recursos), van directamente al bolsillo de los grandes empresarios.

Entonces, ¿por qué hay que esperar un evento al año para que se realicen donaciones a la Teletón? ¿Por qué no tomar los recursos que miles de trabajadores producen durante todo el año, en favor de subsanar las necesidades básicas de los mismos trabajadores, mujeres y estudiantes, en lugar de entregarlos a manos abierta a los ladrones de estos recursos, más conocidos como empresarios? ¿Por qué no exigir a las grandes ISAPRES que financien ésta y más instituciones de rehabilitación?

Obviamente el evento de la Teletón que se realiza una vez por año, es esperado por las grandes empresas, quienes despliegan desde mucho antes del evento, múltiples publicidades, instando a la gente a comprar sus productos en “beneficio de la Teletón”, lo que significa una gran entrada de dinero a sus bolsillos, y con la posterior “donación” una gran evasión de impuestos. Es decir, además de que se llevan todos los recursos, se benefician de un problema de salud de miles de niños y niñas y, por supuesto, debemos darles las gracias.

Hay que poner un alto al saqueo que realizan las grandes empresas, de todos nuestros recursos, llevándose con ellos toda posibilidad de una salud digna, así como también de una educación gratuita, de garantizar el derecho a vivienda, entre otras. Pero una sociedad diferente es posible, donde los recursos queden en manos de los trabajadores y sirvan para solventar las necesidades de la mayor parte de la población, en lugar de quedar en manos de un puñado de empresarios.

Para esto, es central la organización de trabajadores, mujeres y la juventud, en la construcción de una fuerza política capaz de enfrentar a este sistema, y hacer valer nuestras vidas, más que las ganancias de los empresarios.

*Cifras según memoria anual Teletón 2016