En un reciente congreso en Beijing, Stephen Hawking, refiriéndose a las grandes crisis que aguardan a nuestro planeta, crisis climáticas, energéticas, ecológicas, que afectan en general a la biosfera, ha declarado que la humanidad debe hacer planes para dejar el planeta. “De aquí al año 2600 -sostuvo-, la Tierra se transformará en una gran bola de fuego”. |
"Si aún pretendemos vivir otro millón de años, nos es preciso ir decididamente allí donde nadie ha estado antes", reporta The Sun. "Carecemos de espacio y las únicos lugares donde dirigirnos son los otros mundos. Ya es tiempo de explorar otros sistemas solares. Expandirse puede ser la única cosa que nos salve de nosotros mismos". "La sobrevivencia de la especie humana estará amenazada en tanto que permanezca concentrada en su totalidad sobre un solo planeta. Catástrofes como una colisión con un asteroide son perfectamente capaces de destruirnos sin dejar un solo sobreviviente. Cuando hayamos podido crear colonias autónomas en el espacio lejano, nuestro porvenir estará asegurado. Pero condiciones similares a las que conocemos sobre la Tierra no existen en ninguna parte en nuestro sistema solar, nos será necesario hallar un planeta extrasolar", ha declarado recientemente al Daily Telegraph.
Para emprender semejante peripecia, Hawking apela a la teoría relativista de la deformación del espacio, que postula que una nave espacial podría recorrer enormes distancias tomando un atajo entre dos lugares distantes de un espacio curvo replegado sobre sí mismo, lo que se ha dado en llamar “agujero de gusano”, idea que carece aún de verificación empírica. También sostiene que "podemos acercarnos a la velocidad de la luz utilizando la energía producida por la aniquilación de la materia y de la antimateria". Así, será posible alcanzar al astro más cercano en unos seis años.
Concedamos que la fantasiosa idea de Hawking sea posible, que tal viaje hasta un planeta cercano pueda realizarse en 6 años. Habría que pensar cuánta gente puede llevar dicha nave y los alimentos, o la forma de producirlos, más el oxígeno y el agua, más equipos, más el tema sanitario. Y qué energía será necesaria para impulsar una nave de esta envergadura, solamente para que llegue a despegar. Es una idea que se nos ocurre quimérica, sobre todo cuando sería más sensato intentar corregir las amenazas del presente. No podemos descartar que la humanidad pueda un día sembrar de colonias otros planetas, pero lo que Hawking nos propone es un salto gigantesco, cuando este tipo de viajes se halla en sus primeros balbuceos, con solo 60 años de experiencias, avances y retrocesos. Los viajes que estamos en condiciones de plantearnos no van más allá de los planetas cercanos del sistema solar. Los viajes a otros sistemas implican grados mucho más altos de complejidad.
El filósofo Wittgenstein decía que cuando pensamos en el futuro, ideamos un punto al que llegaremos, creyendo que la marcha se mantendrá en la dirección en que lo vemos avanzar en el presente, suponiendo que su trayectoria es una línea recta, cuando en realidad esta cambia constantemente. Por eso se equivoca Hawking al pensar que el mundo se mantendrá como hasta ahora y avanzará siempre en la misma dirección. Porque eso sería suponer que la primacía de la primera potencia mundial, que es la responsable de la dilapidación de las materias primas y de la contaminación desaforada del planeta, va a permanecer inalterable. Sería suponer también que sobrevivirá este capitalismo extractivista y depredador, que su avance en el sometimiento de la especie humana seguirá sin límites, que los pueblos del mundo no dirán basta un día. Es descartar la posibilidad de que algún día se imponga una solución racional, que ofrezca alternativas que superen la visión individualista, la visión del egoísmo y la codicia que sostienen al actual sistema imperante, este sistema que el único futuro que nos depara es la barbarie.
Sólo superando al capitalismo, trabajando todos menos horas, para que millones puedan dedicarse a la ciencia, la investigación, el arte y el ocio, sólo así la humanidad podrá dar un enorme salto en tecnología que permita ponerla al servicio de la humanidad. Y de esta manera los deseos de Hawking, podrán estar más cerca de la realidad. |