Fotografía: DYN
Bajo una ola de calor, los vecinos del Barrio Cildañez, en Parque Avellaneda, se organizaron para exigir que se les devuelva el servicio, la respuesta que recibieron fueron las balas que dispararon en forma conjunta la Policía Federal y la Metropolitana. El desalojo contó con carros hidrantes y balas de goma, contra vecinos que acudieron junto a sus familias. Entre los heridos se encuentra una niña que recibió el impacto de una de las balas de gomas que dispararon los uniformados. También hubo detenidos.
Los vecinos denuncian que sufren cortes constantes de energía eléctrica. Una de las manifestantes además denunció que su hijo fue detenido cuando llegaba de trabajar, al asegurar que "bajó del colectivo y se lo llevaron". Otra de las vecinas dijo que la manifestación era "pacífica" y denunció que los policías "no nos cuida", al asegurar que "después dicen que nos conforman con subsidios, vienen a matarnos porque somos pobres, no valemos nada para la Justicia".
La gravedad de esta salvaje represión, podría haber terminado en una tragedia. Estas bandas armadas no tienen reparo en disparar contra familias que reclaman un legítimo derecho de tener un servicio básico. Peor aún, quienes imparten las ordenes a los uniformados no se les ocurre enviar a éstos a que se aposten frente a la empresa Edusur para que inmediatamente reintegre el suministro a los usuarios. No, para los empresarios y los concesionarios de los servicios públicos, lo que reina es la impunidad para que ganen sumas millonarias a cambio de brindar un servicio pésimo. |