“Yo los vi a ustedes y a Del Caño desde temprano” contó un trabajador, en referencia al PTS.
Por otro lado, los grupos de WhatsApp se llenaban de fotos y noticias sobre la reforma jubilatoria, la movilización, la represión, si hay quórum, si no, si paraba la CGT o no. Dudas, preguntas, hipótesis.
Bronca, pesimismo. “Y si. Hay que salir a la calle. No queda otra.” Decían algunos que hace mucho no luchan. “Es al pedo si ya esta todo cocinado” se resignaban los más pesimistas.
En el comedor, al medio día, el murmullo era un zumbido de abejas con la tele de fondo mostrando las vallas en el Congreso militarizado.
“Yo salgo a las 22 de laburar. Si sigue el bondi avísame que me mando” me tiró uno en el cambio de turno.
La bronca vuelve a estallar cuando circula el rumor de que Macri lo quería sacar por decreto.
“ Mañana no laburamos un carajo!” ya aprovechaban a decir.
La rabia estaba a punto de atravesar la piel. Pero faltaba un empujoncito más.
La clase obrera estaba con ganas de intervenir, pero no suelta e individualmente. Sino como clase.
Haciendo parar todo el país y saliendo a lucirse dejando un todo quieto detrás suyo. Los dirigentes, por el contrario, rogando que no se vote la reforma para no verse obligados a hacer lo que menos les gusta, llamar a parar.
Al día siguiente las felicitaciones por la actuación del PTS en toda la jornada. El debate que sigue porque “ hay que estar alerta porque este la va a querer pasar de alguna forma”.
Cada vez saben mejor quien es quién. Quien dio quórum y quien no. Quien puso el cuerpo ante la Gendarmería y quien no.
La CGT no estuvo como tenía que estar, Cristina tampoco. Nicolás del Caño y el PTS, si junto al MAC. No hay dudas de eso.
Ahora se vienen nuevos rounds. La batalla de Congreso fue solo el comienzo.
Demostramos que se puede frenar la reforma. Ahora hay que rearmarnos para derrotarla.
La necesidad de un Partido
Si los trabajadores no son protagonistas de su propio futuro. Si no asumen la tarea por militar para construir su propio partido y una sociedad sin explotados. Nos la pasaremos siempre atajándonos de este u otros ataques.
Hoy son horas de festejos, prudentes, pero merecidos. En la medida que sirvan para que la clase obrera sea consciente de su propia fuerza.
Pero este no es nuestro Gobierno. Tampoco lo era el anterior.
El PRO no es nuestro partido, el PJ tampoco.
Construyamos nuestro propio partido. Sumate a las filas del PTS que resistió ayer y siempre en primera fila.
Vamos por un Gobierno de lo trabajadores!