La victoria de los 84 huelguistas del personal de limpieza de las estaciones de trenes de la región del norte de Paris, es un ejemplo de determinación frente a la ofensiva liberal facilitada por la Reforma Laboral de Macron. Un primer balance de una lucha ejemplar.
Fueron necesarios 45 días antes de que estos/as hombres y mujeres, todos de origen inmigrante pudieran hacer ceder a la dirección del gigante de la limpieza Onet/H. Reinier y lograr casi todas sus reivindicaciones. Si no se toma en cuenta las divisiones impuestas por el método de externalización y de la tercerización, se trata de unas de las huelgas más largas de la historia ferroviaria en Francia.
Obtuvieron el pase de todos los trabajadores al convenio colectivo de “manutención ferroviaria” (lo que conlleva más ventajas y protecciones que el convenio colectivo de limpieza), la supresión de la cláusula de movilidad (ataque que dio origen a la huelga) que de haberse mantenido los obligaba a cambiar cada cierto tiempo el lugar de trabajo, el mantenimiento de los efectivos, el aumento del plus de comida a 4 euros, la efectivización de un trabajador inmigrante que tenía problemas con sus papeles (que finalmente obtuvo su visa precaria), la prórroga de los mandatos de los delegados del personal hasta las próximas elecciones sindicales y una bonificación de mantenimiento de las estaciones equivalente a dos semanas de trabajo.
Además, la empresa tendrá que pagar dos semanas de salario por el mes de noviembre, que progresivamente serán descontadas en un periodo de seis meses. También obtuvieron la anulación de todas las sanciones disciplinarias en contra de los huelguistas, lo que quedara notificado en el protocolo de fin de huelga. Su lucha es ejemplar, en primera instancia por demostrar la posibilidad de rechazar la aplicación concreta, empresa por empresa, de los ataques permitidos por la reforma laboral, pero también por constituir un ejemplo de determinación, de dignidad y de métodos exitosos de lucha.
Oumou Gueye, durante una manifestación de apoyo en Saint-Denis el 9 de diciembre.
Una huelga ultra-mayoritaria
Se trata sin duda del primer éxito de esta huelga. Aunque los trabajadores están fuertemente atomizados (se encargan, en pequeños equipos, de la limpieza de 75 estaciones distintas), cuando la empresa H. Reinier, perteneciente al grupo ONET, consiguió el contrato de servicio y quiso imponer una fuerte degradación de las condiciones de trabajo. Los empleados lanzaron a principios de noviembre una huelga casi unánime, 84 huelguistas sobre 110 empleados mantuvieron la huelga hasta el final.
Un frente sindical unido y controlado por los huelguistas
A pesar de las dificultades debidas a los diferentes estatutos de protección laboral según el tipo de trabajador (limpieza y manutención ferroviaria), las distintas organizaciones sindicales Sud-Rail, Cfdt y FO han trabajaron juntas, pese a sus desacuerdos, durante todo el conflicto. Esta unidad fue permitida por el respeto estricto de las decisiones de los huelguistas que se reunieron cotidianamente en Asamblea General.
Una huelga militante y auto-organizada
Durante todo el conflicto, los trabajadores mantuvieron tres piquetes de huelga, en las estaciones estratégicas de Saint-Denis, Ermont-Eaubonne y Garges-Sarcelles (NdT: se refiere al ramal ferroviario norte que parte de la Estación del Norte en Paris), por 24 horas, para impedir que la empresa contrate personal interino para limpiar las estaciones. Se organizaron en equipos y guardias que se fueron turnando que aseguraron tanto la vigilancia de las estaciones como la discusión política hacia los usuarios (distribución de folletos, etc). Los piquetes de huelga también fueron fantásticos lugares de encuentros e intercambio, entre los empleados mismos, pero también, conforme la huelga se hizo más popular, con los numerosos apoyos que muy a menudo traían contribuciones al fondo de huelga, comida, o simplemente una palabra amistosa de éxito.
Fondo de huelga, clave para la guerra
El fondo de huelga puesto en marcha durante la segunda mitad del conflicto fue un elemento clave para que la empresa cediera. Más de 80.000 euros que fueron recolectados, a los cuales se suman la bonificación de mantenimiento de las estaciones exigida por los huelguistas durante las negociaciones, han permitido a los trabajadores precarios, cuyos salarios no superan los 600, euros cubrir las necesidades de sus familias durante la huelga.
Numerosas organizaciones sindicales - muchas que forman parte de la organización sindical Solidaires - y políticas, contribuyeron al fondo, pero lo más destacable fue que más de 3000 donantes individuales hayan contribuido vía la plataforma Pot Commun, prueba del movimiento de solidaridad y del apoyo alcanzado por la lucha.
Un amplio apoyo
Esta huelga fue una gran historia de solidaridad. Empezando por la del personal ferroviario que se involucró día y noche en la lucha de sus colegas de limpieza. La creación de un comité de apoyo en la ciudad de Saint-Denis, las comidas solidarias, la distribución de folletos, las manifestaciones, también ayudaron. Poco a poco la huelga se hizo popular y se convirtió en un ejemplo para numerosos empleados, particularmente los más precarios, hasta involucrar a personalidades políticas, sindicales e intelectuales que firmaron la tribuna publicada en el diario Libération.
Convergencia con otros sectores
Además del personal ferroviario y de los apoyos exteriores, los huelguistas crearon vínculos fuertes con otros sectores en lucha como los del hotel Holiday Inn de Clichy, en huelga hace más de 50 días y con los cuales los huelguistas organizaron dos manifestaciones comunes, la última el día de su convocación ante el Tribunal administrativo de Montreuil.
Atacar a quien maneja los hilos
“ONET deshonesto, SNCF cómplice” cantaban los huelguistas… y tenían razón.
De hecho, no sólo le otorgaron la concesión a la “patronal delincuente” H. Reinier y encubrieron, con la complicidad de agentes de seguridad y los directivos, violaciones del derecho de huelga como la intervención (ilegal) de personal interino escoltado por policías para limpiar las estaciones, sino que la SCNF (Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia) también hizo convocar a 9 huelguistas ante la Justicia y no dudo en pedir una multa diaria equivalente a lo que la tercerizadora paga por mes a cada empleado part-time. Sin embargo, en una decisión poco común, el Tribunal Administrativo de Montreuil (ciudad en el este de París) rechazó la demanda y condenó la SNCF a pagar 500 euros de reparaciones a cada acusado. Los 4500 euros irán directamente al fondo de huelga.
Una primera victoria en una larga lucha para terminar con la tercerización
La victoria de los trabajadores de ONET tendría que inspirar a otros trabajadores, pese a su precarización, para que levanten la cabeza y luchen por sus derechos. Sólo en el marco de una lucha más amplia y coordinada, entre distintos sectores precarizados y tercerizados, pero también con trabajadores contratados, será posible atacar las raíces de las condiciones de la semi-esclavitud de la tercerización y que la SCNF contrate a todos los precarizados.
Puentes tendidos entre numerosos combates
Para terminar, el éxito de esta lucha fue también él de los vínculos que se construyeron entre distintas luchas. Feministas del movimiento #MeToo, miembros del comité Verdad por Adama (Adama Traoré, asesinado por la gendarmería francesa en un ataque racista), todos los combates contra la explotación y la opresión se encontraron y fueron bien acogidos en los piquetes de huelga de ONET. En uno de los episodios más emocionantes de la huelga, Assa Traoré (hermana de Adama, mencionado arriba) vino al piquete de huelga y reveló ser la hija de una de las trabajadoras que había iniciado la huelga. Los trabajadores, por su parte, se solidarizaron cuando sus hermanos Youssouf y Bagui fueron condenados por la Justicia en un acoso judicial sin precedente. Tomando en cuenta el carácter estratégico de la unidad en el movimiento obrero y la juventud de los barrios populares, uno se percata de la esperanza que representa esta victoria. Los huelguistas y sus familias celebraron la victoria el sábado 16 de diciembre en el teatro militante “La Belle Etoile”, junto a los distintos sectores que habían apoyado la huelga.