Foto Télam
Mauricio Macri convocó en el mediodía de este viernes a periodistas acreditados en la Casa de Gobierno y los invitó a brindar con motivo de las fiestas de fin de año.
Allí el Presidente aprovechó para cuestionar la liberación de la totalidad de los detenidos el lunes en las inmediaciones del Congreso Nacional, en el marco de la multitudinaria protesta contra la regresiva y reaccionaria reforma previsional. “Si uno tira una piedra de ese tamaño, está dispuesto a matar”, dijo Macri y reclamó que “no puede ser que alguien que hace un atentado sea liberado a las 24 horas”.
Macri dio un paso más en su avanzada derechista y le pidió a los propios trabajadores de prensa que estaban frente a él que “ayuden a que la Justicia ejerza su rol”. Palabras más palabras menos les pidió que se transformen en informantes y buchones de la Policía y los jueces.
Sin solución de continuidad, Macri agregó que el Gobierno está comprometido con “la paz, la convivencia respetuosa y la libertad”.
“Lo que estamos haciendo es lo que vale”, sentenció al tiempo que dijo que él y sus funcionarios están a favor de que “cada uno exprese sus ideas pero sin caer en ningún hecho de violencia”.
Uno de los periodistas presentes le recordó que en la conferencia de prensa que brindó el último martes en Casa de Gobierno (un día después de la represión) nadie le preguntó por los periodistas heridos en las dos jornadas de protesta (jueves 14 y lunes 18). “Yo también me olvidé de solidarizarme”, dijo Macri sin inmutarse.
Sobre el final de la charla con periodistas, Macri coincidió el fiscal ante la Cámara Federal, Germán Moldes, quien en un dictamen por otra causa habló de “festival de liberaciones” de detenidos por protestas sociales. “Sí, absolutamente, tenemos que tener la mejor legislación y los mejores jueces que cuiden a la enorme mayoría de argentinos que apostamos a la convivencia pacífica”, respondió sonriendo. |