Un buen escenario se plantea para los empresarios de EEUU, Alemania y Japón. Esto debido a que los índices mundiales de manufacturas han avanzado a niveles máximos que en varios años no se veían.
EEUU por su parte, se posiciona con el resurgimiento de la inversión corporativa, aumentando a una tasa anualizada del 10,4% durante el tercer trimestre, producto de la aceleración en los pedidos y envíos de bienes de capital, combinado con la inversión en equipos software.
Alemania por su parte, debido a su crecimiento económico en cuanto a la acumulación de capital por parte de sus empresarios nacionales, está comenzando a lograr una recuperación gradual de la economía de la Unión Europea. Mientras que Japón, con su “sólida actividad fabril” o aumento de la explotación de la mano de obra, ha funcionado como un trampolín para el resurgimiento de las potencias económicas.
Dentro de este contexto, el Reino Unido también sale a posicionarse a través de intensificación del ritmo de producción de las fábricas, lo que no sería posible sin ir de la mano de ir intensificando la intensidad del trabajo que llevan adelante los trabajadores británicos. Producto de esto es que la Confederación de la Industria Británica se mantuviera este 17 de diciembre, igualando los fuertes resultados de 1988.
Sin embargo, esta alza en materias productivas, no sería posible si no es a través de la explotación de los empresarios hacia la clase trabajadora a nivel internacional, ya que la generación de riquezas se nutre a través de la apropiación de gran parte de las ganancias que producen los trabajadores durante su jornada laboral.
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