Hoy en día, los trabajadores de la educación, nos vemos insertos en un sistema que obedece a una lógica de mercado, que tiene sus raíces en la dictadura de Pinochet, y se profundizó en los gobiernos de la Concertación / Nueva Mayoría. Esta lógica se recrudece aún más con el gobierno de Piñera, a través de la promulgación de la ley 20.501 que otorgó aún más facultades a los directores de escuelas y liceos, y convirtiendo su rol en una labor de tipo “gerencial” que nos precariza año a año.
Desde el gobierno de Piñera, nuestros espacios de trabajo se han convertido en pequeños “feudos” donde el director(a) hace y deshace a su arbitrio, desplegando evaluaciones con único fin punitivo, amedrentando a aquellos que expresan su opinión, y reprimiendo a aquellos profesores que toman el desafío de representar a sus colegas como delegado gremial o sindical. La ley le otorgó a los directores “el derecho” de remover gente de sus puestos de trabajo, poniendo a disposición para su reubicación o despido, decidiendo sobre nuestro contrato de trabajo y sobre nuestra estabilidad laboral. Los directores, en complicidad con los sostenedores, DAEM y Corporaciones Municipales año a año echan mano de ese derecho a remover el 5% de la planta docente, manipulando evaluaciones a su antojo y de acuerdo a su subjetividad, evaluando nuestro desempeño profesional sin haber pisado nunca nuestra sala de clases.
Este autoritarismo que se desata en nuestras escuelas durante el año, y sobretodo en estas fechas, ad portas a Navidad y Año Nuevo, es el momento del año en que los directores juegan con nuestra estabilidad laboral, despejando la planta docente de aquellos profesores que incomodan su forma dictatorial de dirigir un establecimiento educativo, o deshaciéndose de plano de aquellos que toman cargos sindicales para representar a sus compañeros. Estas facultades se acrecientan con la cantidad de profesores a contrata o plazo fijo, que en Antofagasta llega casi al 60% del total de la planta docente del sector público de la comuna. Gran cantidad de estos profesores sufren de una precarización laboral crónica, que los mantiene rotando de escuela en escuela año a año, sin poder hacer tradición pedagógica en ningún establecimiento y sin poder tener la seguridad de decir y hacer lo que se piensa realmente. A consecuencia de esto, muchos profesores omiten situaciones de agobio o maltrato laboral, con un gran temor de denunciar las situaciones que viven frente a la constante amenaza de “no seguir” el próximo año.
Producto de toda esta lógica de precarización hacia los trabajadores de la educación, es que nuestra compañera Daniela Avilés, profesora de música y delegada sindical de la Escuela Padre Cariola D-136, el día de hoy es informada por parte de su director que no continuará ejerciendo como docente en dicha escuela. Creemos que esta decisión (que se avala en una evaluación con destacado desempeño, pero con un ítem específico de evaluación del director, donde cuestiona el “compromiso” con la institución por parte de la colega) es un ataque a la organización de los trabajadores del Cariola. Daniela no sólo es una profesora con un gran desempeño docente, una artista que pone la música al servicio de sus alumnos y sus dificultades de vida, sino que es una luchadora, militante de nuestra agrupación y del Partido de Trabajadores Revolucionarios. Una trabajadora que busca organizarse para conquistar nuestros derechos y por transformar la sociedad, y que levantó, junto a sus compañeras de trabajo, las ideas de una nueva alternativa política en el contexto de las candidaturas obreras y anticapitalistas del Partido de Trabajadores Revolucionarios, organización de izquierda cuyos principales pilares de lucha son acabar con la educación de mercado y el sistema capitalista que nos oprime a diario a través de salarios y jubilaciones miserables, a través de un sistema de educación y de salud al servicio de los grandes empresarios.
Esto no es hecho aislado. A nivel nacional, el día de hoy, así como la semana que viene, miles de profesores recibirán la misma noticia. Los docentes nos desempeñamos bajo el estatuto docente, el cual, a diferencia del código laboral no nos da la posibilidad de pasar a contrato indefinido de forma automática después de un año, lo que genera aquella inestabilidad laboral crónica en el profesorado, y que ninguna dirigencia del gremio ha tomado en sus manos para luchar hasta el final; es más, la única lucha que se ha dado en los últimos años por nuestra titularidad (contrato indefinido) fue desde las bases, al calor de la “rebelión de las bases docentes” el 2014.
Tal como aconteció a fines del 2015 con nuestra compañera Patricia Romo, actual Presidenta del Colegio de Profesores y militante de Nuestra Clase y el Partido de Trabajadores Revolucionarios, quien fue expulsada de su Liceo por liderar el movimiento docente en la comuna el 2014 y 2015, repudiamos este hecho, y lucharemos por su justa reincorporación, tal como luchamos a fines del 2015 y principios del 2016 por la reincoporación de Patricia, que tras un semestre de lucha, amenazas y presiones de acuerdo con CMDS, logramos que nuestra compañera volviera al B-13 tras demostrarse el ataque antisindical y la vulneración de derechos. Nuevamente, CMDS y sus directores despliegan un ataque antisindical y político, hoy a Daniela, y no será diferente la batalla que daremos en esta ocasión para ver reincorporada a nuestra compañera al lugar de trabajo.
Sin embargo, al ser esta situación un problema estructural del sistema educativo con funcionamiento de mercado, es que se hace necesario ir más allá, tanto en la reflexión como en la acción ¿qué educación? Se transforma en una discusión clave ¿qué batallas debemos levantar para conquistar una educación que sea gratuita, laica, no sexista, donde trabajadores, estudiantes y apoderados sean sujetos en la organización de la formación de las futuras generaciones? Es en esta dirección que seguiremos firmes en levantar una organización política entre los trabajadores de la educación, denunciaremos activamente todas las irregularidades y los sin sentidos de las reglas y desestabilidad que se nos impone. No nos detendremos para levantar la agrupación Nuestra Clase como tampoco en el impulso de organizaciones políticas que vayan en el sentido de hacer sujeto político a los trabajadores, como lo hace el Partido de Trabajadores Revolucionario.
Por todo esto, y porque creemos que Daniela debe ser reincorporada a su planta a docente, y a su mismo lugar de trabajo, y porque no son los profesores los que tienen que irse de sus escuelas, sino el autoritarismo de los directores, es que invitamos a todos aquellos trabajadores de la educación que quieran organizarse y alzar la voz, con una respuesta de lucha, a nuestra próxima reunión abierta este miércoles 27 de diciembre a las 18:30 en Lima #605.
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