Las autoridades detuvieron a Moreno Ochoa, alias Larry, tuvo lugar tres días después de que Ramón Zavala, uno de los presuntos autores materiales de aquel crimen fuese encontrado sin vida en el estado de Sonora, al noroeste de México.
Parece que a nueve meses del crimen el gobierno quiere cerrar el caso.
Miroslava Breach, corresponsal del diario La Jornada en Chihuahua, al norte de México, fue asesinada cuando salía de su casa el pasado 23 de marzo. Ochos balas sesgaron su vida. El domingo 24 de diciembre Juan Carlos Moreno Ochoa, el presunto autor intelectual de su crimen, fue aprehendido en Sonora, de acuerdo con declaraciones del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Mientras tanto, el panista Javier Corral, gobernador de Chihuahua, afirmó que prosiguen con los trabajos de búsqueda y localización para detener a los responsables.
La reportera desarrolló un periodismo crítico. En una de las últimas investigaciones que dio a conocer denunció que miles de campesinos de la sierra Tarahumara fueron obligados a plantar amapola ante la llegada de los cárteles del narcotráfico, así como las relaciones entre los partidos políticos con registro con el crimen organizado.
A once años de la guerra contra el narcotráfico, lanzada por el panista Felipe Calderón y continuada por Enrique Peña Nieto como excusa para la militarización de amplias regiones, se ha profundizado la violencia en México. Se prevé que 2017 cierre como el año más violento desde 1997, dado que ya se reportaron 26,753 asesinatos producidos entre enero y noviembre. Poco falta para que se superen los 27,199 crímenes de 2011. Y además se cuentan las decenas de miles de desapariciones forzadas y desplazamientos.
En cuanto a los periodistas, fueron 12 los asesinados sólo en 2017, el último de los cuales fue Gumaro Pérez Aguilando, que laboraba en Veracruz. Con balas, el gobierno, las fuerzas represivas y el crimen organizado pretenden silenciar al periodismo crítico. No lo lograrán. |