En un comunicado detallan que “venimos con la esperanza de que nuestro clamor de justicia y nuestro rezo sea atendido”, "Virgen de Guadalupe, tú nos conoces bien. En nuestros pueblos siempre celebramos con mucho júbilo tu fiesta pues te quedaste para atender nuestras súplicas y necesidades”.

Llegaron en marcha a la Basílica. Elementos policiacos impidieron su acceso al principio. Pero un tiempo después el obispo de Saltillo, Raúl Vera, dominico, explicó “venimos con los padres y madres de desaparecidos y nuestra eucaristía será por el esclarecimiento de la desaparición y por la paz en México”.

La Basílica de Guadalupe es el más importante recinto católico de América Latina, el que más aporta financieramente al Vaticano, y que recibe a 8 millones de feligreses el 12 de diciembre.

Hilda Hernández e Hilda Legideño, madres de desaparecidos, tomaron el púlpito y expresaron “Solo tú entiendes nuestro dolor, tú sabes lo que sentimos como madres, y padres campesinos e indígenas. En el año 2014 mandamos a nuestros hijos a la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero para que fueran mejores, desde entonces no sabemos nada de su paradero” para terminar con un “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”: una consigna en un atrio católico.

Para los familiares de Ayotzinapa se trató de un escenario para expresar la lucha contra la desaparición forzada y evidenciar el odio del gobierno contra los familiares víctimas de la violencia del ejército en México.

Resulta escandaloso el operativo represivo contra la manifestación que desplegó el gobierno responsable de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.