Luego de conocerse el procesamiento de Lagomarsino, ordenado por el juez Ercolini, la segunda novedad en la causa la produjo la llamativa presentación espontánea, frente al fiscal Eduardo Taiano (que lleva adelante la investigación de la muerte del ex fiscal Nisman), del enigmático diariero que tenía un puesto a 30 metros de la torre de Le Parc donde vivía Alberto Nisman, justo en las esquinas de las coquetas calles Aimé Painé y Azucena Villaflor.
En su momento resultó llamativo para los habitantes de las torres que ese kiosco de diarios no vendía mucho, tenía muy pocas cosas y que el diariero, ahora conocido por los medios como A.J.Z., fuera un hombre bastante formado culturalmente, politizado e informado. Pero lo más llamativo fue el hecho de que al día siguiente de la muerte de Nisman, el kiosco se encontraba cerrado y nunca más volvió a abrir.
Cuando la fiscalía pidió informes al Ministerio de Ambiente y Espacio Público sobre ese puesto de diarios, se le informó que no hay registros. Según el “diariero”, el puesto estaba asentado en el barrio de la Boca y por problemas de seguridad se mudó a Puerto Madero.
Declaraciones ambiguas y contradictorias
Cuando este hombre, A.J.Z., comenzó a declarar, las contradicciones aparecían como muy notorias: primero afirmó que no conoció a Nisman, luego dijo que en realidad le vendía diarios y algunas revistas. Cuando Taiano le preguntó sobre la forma en la que adquiría los diarios para la venta, distinto a lo que podría decir cualquier diariero de esta ciudad, él afirmó que “los conseguía a través de un amigo, llamado Cacho”. Cualquiera que haya hablado dos minutos con el diariero de su barrio sabe que son las distribuidoras de los diarios, las que hacen el reparto de los medios gráficos: periódicos, revistas, etc.
También afirmó que su actual trabajo es en el Ministerio de Modernización, desde principios de 2016. Lo cual luego fue confirmado por funcionarios de ese ministerio, pero la forma en que consiguió ese puesto de trabajo resultaba poco clara, incluso llegó a decir que una vez se cruzó con Mauricio Macri y le pidió trabajo, “antes de que fuera presidente”.
Qué buena memoria y qué diligente el presidente, que recordó el nombre de la persona y meses después de ser electo, hizo que a A.J.Z. lo incluyeran en un listado de ese ministerio. Justo cuando el gobierno atacaba a los estatales, realizando miles de despidos.
Estas contradicciones, sumadas a respuestas muy ambiguas provocaron que el fiscal detuviera la declaración y procediera a secuestrarle el teléfono celular.
Aunque por ahora no hay motivos para detener al “diariero”, en la fiscalía se afirma que continuarán investigando, por las fuertes sospechas de una red de espionaje que operaba sobre Nisman.
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Cada vez más indicios de la existencia de servicios, de pistas falsas, peritajes teñidos de la interna entre la Policía Federal y la Gendarmería que dan resultados completamente opuestos, miembros de un “Partido Judicial” y el gobierno elaborando teorías conspirativas entre kirchneristas e iraníes, que solo buscan judicializar la política.
Todo esto demuestra que la independencia de poderes en una república burguesa es un cuento de buenas intenciones. Pero todos más temprano que tarde aprendemos que los reyes magos, son nuestros padres. |