Finalmente, el exgobernador por el estado de Quintana Roo, Roberto Borge será traído desde Panamá, para hacer frente, supuestamente, a los cargos de lavado de dinero y peculado, de acuerdo con el anuncio realizado hoy por la cancillería panameña. Desde junio de este año permanece preso por acusaciones de corrupción, el 4 de enero se presentarán autoridades mexicanas para traerlo a México por vía aérea, con lo cual se completa el proceso de extradición.

De esta manera el gobierno del PRI tendrá la posibilidad de distraer a la opinión pública encarcelando a uno de sus gobernadores corruptos, ya que, en el medio de su crisis de credibilidad, el PRI trata de que los dos principales peces gordos, Cesar Duarte de Chihuahua (a quien la PGR ha dilatado su búsqueda y extradición desde EE. UU.) y Javier Duarte de Veracruz, (a quien la PGR redujo la cantidad de acusaciones al hacer el pliego de extradición desde Guatemala) salgan lo menos raspados posible debido a que en el caso de ambos ex mandatarios, se presume el desvío de fuertes cantidades del presupuesto local hacia las arcas del PRI, su partido, en contubernio con las autoridades federales de Hacienda.

Estos son parte de la pléyade de gobernadores corruptos, todos ellos avalados por Enrique Peña Nieto. Son la muestra más contundente de lo que es el régimen político que nos domina y que usa como arma principal para sostenerse en el poder enormes flujos de dinero del erario a su partido para manipular así las elecciones, a pesar de lo cual ha perdido ya la mitad de los estados del país.