Foto: Concentración en la parada de metro de Sagrera. Barcelona. Antonio Litov
La plataforma #StopPujadesTransport (Stop Subidas -de precio- en el Transporte ) convocó este miércoles 3 de enero concentraciones en más de una decena de estaciones de metro de Barcelona.
La consigna es clara, “Stop Pujades” (Stop a los aumentos de precio de los billetes), frente a la subida de de más de un 2% aprobada por el Ayuntamiento y AMB (Área Metropolitana de Barcelona). Esta subida de tarifa se aplica a todos los abonos, exceptuando la T-Jove y el abono para las personas en paro.
La medida adoptada por el consistorio supone una subida que duplica la establecida por el IPC, marcada en diciembre en el 1,2%, y una ruptura de la política de los últimos tres años durante los cuales los precios de los abonos de Metro han estado congelados.
Desde la plataforma #StopPujadesTransport, reclaman que la medida adoptada por Barcelona En Comú (BeC), sea retirada, se vuelva a la congelación de los precios, y se abra definitivamente una “mesa social” donde se puedan generar unas tarifas acordes con la situación actual de precariedad y accesible para los usuarios.
Contra los trabajadores y usuarios en defensa de los altos directivos
La decisión adoptada por el consistorio de Ada Colau y por el departamento encabezado por Mercedes Vidal (Presidenta de TMB y Regidora de Movilidad) se enmarca en un proceso de privatización del servicio de Metro que a estas alturas ya cuenta con muchas batallas libradas.
Durante la primera mitad del pasado año, los trabajadores y trabajadoras de Metro realizaron numerosas jornadas de huelga contra la dirección de TMB, Mercedes Vidal y la AMB, en el marco de la negociación de un nuevo convenio.
En la negociación del convenio se peleaba por mejoras salariales, tras 4 años de congelación salarial, la entrada en convenio de los más de 300 trabajadores en precario, así como el aumento de la plantilla para cubrir con garantías, tanto para trabajadores como para usuarios, las jornadas laborales, entre otras medidas.
A estas demandas propias, los trabajadores y trabajadoras del Metro añadieron la necesidad de auditar las cuentas de TMB y de hacer visible los sueldos de los altos directivos de AMB, autoridad a la que señalan, y no sin razón, como un cementerio de elefantes políticos. Un ejemplo más de puerta giratoria que en este Ayuntamiento “del cambio” no ha dejado de girar precisamente.
A pesar de contar con sentencia judicial en contra, aún es imposible saber la cantidad salarial que perciben los directivos de AMB. La opacidad sigue siendo la receta que Mercedes Vidal, una receta que sumada a la externalización de servicios y a la presencia de grandes entidades como CaixaBank, Indra o Fujitsu, tienen como consecuencias peores condiciones laborales y un aumento del coste del servicio para los usuarios.
BeC saca del cajón los mismos argumentos que en su momento lanzaron los ayuntamientos de CiU y PSC para justificar subidas tarifarias, es decir, la falta de financiación por parte del gobierno central.
Pero más allá de esta situación objetiva, BeC se queda muda ante la subida salarial de un 14% de los directivos de AMB en los últimos 4 años, ante la duplicidad de estructuras (como denuncia CGT en el tweet anterior), o la externalización creciente en el mantenimiento de vías y otras tareas, cuestiones que afectan de forma directa en el usuario, tanto en la calidad del servicio, como en el precio de los abonos.
Unos usuarios que ven un aumento en las tarifas de un transporte vital en el marco de una precariedad laboral, como también señalan en su web #StopPujadesTransport. Una precariedad que se hace sentir especialmente en Barcelona, avanzadilla de la precarización en muchos sectores económicos como la hostelería.
Una ciudad donde los jóvenes menores de 25 años han sufrido recortes salariales de aproximadamente un 20% desde el 2008 (según datos del Consell Econòmic i Social de Barcelona), o donde el 60% de los empleos creados en la primera mitad del 2017 han tenido una duración menor a 3 meses (datos del Servei d’Ocupació de Catalunya).
Meses atrás en este mismo diario escribíamos que BeC tenía en el conflicto de TMB una piedra en el zapato, y nuevamente vuelve a dejar claro que la forma de sacársela es pasando por encima de trabajadores y usuarios con un solo fin, preservar los salarios privilegiados de los altos cargos directivos y los suculentos negocios de las empresa privadas que se benefician de las externalizaciones. Nada nuevo en el Ayuntamiento de BeC. |