En fallo unánime, el tribunal de alzada revocó la resolución recurrida, dictada el 18 de diciembre pasado por el Juzgado de Garantía de Rancagua, por considerar que el tiempo de investigación de la fiscalía ha sido excesivo y porque los hechos atribuibles a Dávalos Bachelet no son constitutivos de delito. En la causa, el ente persecutor investiga la eventual participación de Dávalos Bachelet en los delitos de negociación incompatible, uso de información privilegiada, tráfico de influencias y revelación de secretos por parte de dependiente público.
La Corte de Apelaciones de la ciudad chilena de Rancagua revocó hoy un fallo de primera instancia y sobreseyó de forma definitiva a Sebastián Dávalos Bachelet, hijo de la presidenta chilena Michelle Bachelet, en el llamado Caso Caval, después de tres años se investigación. El tribunal de alzada, tras escuchar alegados de las partes, acogió un recurso presentado por la defensa de Dávalos y anuló una resolución del Tribunal de Garantía de Rancagua, que el pasado 18 de diciembre rechazó, por cuarta vez, una solicitud de sobreseimiento, por considerar que no había claridad sobre la participación o no del hijo de Bachelet en los hechos investigados. En la audiencia de este martes, la defensa de Dávalos reiteró que después de tres años de investigación, no había sido imputado formalmente por los delitos de tráfico de influencias, lavado, revelación de secreto, uso de información privilegiada y negociación incompatible de los que le acusó la Fiscalía a comienzos de 2015.
A la salida del Tribunal, según informó El Mostrador, Dávalos leyó una declaración en la que se refirió en duros términos a la institución persecutora como “la muy corrupta fiscalía”; cuestión que fue respondida por el vicepresidente de la Asociación de Fiscales en términos igual de duros: “(Dávalos) es aún imputado por la Fiscalía, porque sobre él, efectivamente, hay una causa derivada del caso Caval donde se realizó una querella por Gonzalo Vial (Concha) relativa a un delito de estafa".
De esta forma, se cierra una fase del caso que marcó el comienzo la declinación de la confianza en Bachelet. Y la justicia revela, una vez más, cómo actúa frente al privilegio. |