Después de 12 días de estar internado en una clínica de Lima, Fujimori quedó libre para dirigirse a retomar su vida lujosa luego del vergonzoso indulto que le otorgó el actual presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, por “razones humanitarias”.

El estado de salud del genocida mejoró notoriamente en pocos días, lo que en realidad demuestra que no tenía un riesgo extremo de vida por el cual Kuczynski argumentó razones humanitarias. Es más, en vísperas de navidad cuando se realiza el indulto hay fotografías que muestran a Fujimori con su hijo viendo las noticias de su indulto desde un celular y festejando cómodamente desde la clínica.

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Con este resultado se muestra la falsedad del argumento entregado por Kuczynski y demuestra que la salud del genocida no es la de un enfermo terminal. La impunidad con la que han actuado desde la presidencia peruana en complicidad con la familia Fujimori ha abierto una grieta política en Perú y los familiares de las víctimas de los atropellos a los derechos humanos realizados por el ex presidente ya anunciaron que apelaran en la Corte Internacional, mientras en las calles se instala con fuerza que “indulto es insulto”.

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