El intendente que cobra casi 300.000 pesos al mes recorta salarios y despide trabajadores municipales, mientras pone el colectivo más caro del país y aumenta 500% el derecho al cementerio. La bronca estalló en las redes sociales, mientras para muchos este extraordinario aumento va a ser menos plata en el bolsillo, otros directamente se van a ver en la frustración de que manden a sus seres queridos a un osario por no poder afrontar el aumento.
Mientras el gobierno pide que los trabajadores hagan un sacrificio porque el Estado gasta más de lo que recauda, ellos les reducen impuestos a los megaempresarios de la soja, y no bajan ni un poco de sus jugosos salarios. Cuando Nicolás del Caño del PTS en el Frente de Izquierda presentó un proyecto de ley para que todo diputado gane como un docente, no hubo ningún tipo de grieta y tanto el kirchnerismo como el macrismo y el massismo no permitieron que se vote el proyecto.
¿Con qué cara nos vienen a hablar de sacrificios? Que se sacrifiquen ellos. La clase trabajadora tiene que esforzarse todos los días para llevar el pan a la casa, mientras los empresarios se enriquecen hasta en las crisis.
Dos modelos de "democracia"
El problema es que vivimos en una democracia para ricos donde siempre ajustan a los de abajo, eso quedó bien clarito cuando 170 millonarios deciden quitarle 100.000 millones de pesos a los más pobres y vulnerables, luego de decir en campaña que no lo iban a hacer.
Imaginemos otra forma de democracia, donde en vez de votar cada dos años a multimillonarios o títeres de empresarios, pudiera el conjunto de la población tomar de manera directa las decisiones. En este gobierno donde la inmensa mayoría serian los trabajadores, ¿seguiria siendo tolerable que cada vez cueste más llegar a fin de mes, para que los empresarios puedan hacerse más ricos? ¿Y qué 4000 terratenientes tengan el 50% de las tierras cultivables de Argentina, que los recursos naturales estén extranjerizados? ¿seguiria existiendo el trabajo en negro, la precarización laboral?
Eso es lo que no quieren que cuestionemos, que la grieta no es la que nos venden entre macristas y kirchneristas, sino entre trabajadores y empresarios que juegan con nuestras vidas.
¿Cuánto más van a quitarle a los laburantes?
A la pregunta original del título de la nota, y que vuelvo a hacer, respondo: Van a quitar todo lo que puedan hasta que les pongamos un freno en las calles, organizándonos en nuestros lugares de trabajo y estudio, exigiendo desde las bases que las direcciones sindicales se pongan a la cabeza de la lucha contra los ataques del gobierno, con un plan de lucha serio.
Las protestas en todo el país, como la del viernes en la municipalidad muestran que hay voluntad de lucha. Si los burócratas siguen manteniendo a los sindicatos en la pasividad , va a haber que organizarse desde abajo y enfrentarlos, pero no podemos tolerar más tarifazos, despidos y menos que menos nuevas reformas antiobreras. ¡Que la crisis la paguen los empresarios!
Lee también: Se podía derrotar la “reforma” previsional: preparemos la pelea contra la “reforma” laboral y los ataques |