En el marco del traslado de los diferentes servicios del antiguo Hospital Regional de Antofagasta a las nuevas instalaciones, se abre una problemática. El nuevo edificio no cuenta con un espacio destinado a la residencia de los estudiantes de Medicina de la Universidad de Antofagasta (UA), quienes se encuentran realizando sus prácticas profesionales en el recinto, actividad durante la cual llevan adelante jornadas que pueden sobrepasar las 24 horas, debido a los sistemas de turnos que éstos deben realizar.

Esta situación no es novedad. Desde que comenzó el proyecto del nuevo hospital se tenía en conocimiento por parte de las autoridades de la casa de estudios que el recinto no contaba con un espacio físico donde pudiera también trasladarse la residencia de los internos, generando gran preocupación tanto en el bloque académico de la carrera, como, por supuesto, en los estudiantes. Sin embargo, esta inquietud jamás fue resuelta, y ha llegado a un punto crítico que de no ser resuelto antes del 5 de febrero, pone en riesgo el inicio de los internados de este semestre.

Llegados a este punto, el problema principal de los internos radica en que los directivos de la carrera han impuesto este plazo máximo a las autoridades de la universidad para que el problema de la residencia se solucione, de lo contrario no se dará inicio a los internados de séptimo año. Esta medida es tomada debido a que por el cambio de dependencias se tuvo que reducir al máximo el tiempo de duración de las prácticas profesionales para el 2018, por lo que un retraso imposibilitará que las actividades académicas finalicen a tiempo, ya que acortar aún más los tiempos de los internados iría en contra de la correcta formación de los profesionales. Esto dejaría fuera de plazo a los futuros titulados para rendir el EUNACOM, requisito necesario para poder ejercer en el sistema público de salud, imposibilitando el ejercer su profesión hasta el nuevo periodo a mitad del próximo año.

Karla Peralta Díaz, ex presidenta del Centro de Estudiantes de Medicina de la UA y militante de la agrupación de estudiantes Vencer, denunció que "la situación es inaceptable. Devela la lógica de un sistema de fondo donde prima una educación de mercado, en la que tenemos que endeudarnos para poder estudiar, pagando casi cinco millones de pesos en el caso de nuestra carrera, recibiendo a cambio una educación cada vez más precarizada que no nos garantiza los derechos mínimos para poder desarrollarnos y adquirir los conocimientos necesarios”, afirma la joven.

En una suerte de renegar de quién es realmente la responsabilidad, tanto los directivos de la universidad, entre ellos el rector Luis Loyola y la Vicerrectoría Económica de la institución, así como la concesionaria española que se adjudicó la licitación del hospital, Sacyr, han evadido el problema, culpándose mutuamente en múltiples reuniones sin hacerse cargo del problema que termina afectando única y exclusivamente a los estudiantes. El único atisbo de opción que ha presentado la empresa, es el arriendo de salas que se encuentran sin uso dentro del hospital destinadas como fuente de ingreso para la concesionaria por medio de arriendos, para que éstas sean adaptadas como residencia, es decir, la universidad tendría que pagar para poder dar uso a uno de estos espacios.

"La demanda por la residencia abre una contradicción. Para poder tener los derechos que exigimos como estudiantes, una universidad pública como lo es la UA debe pagarle a la concesionaria, generando que el dinero que recibe producto de nuestro endeudamiento, el trabajo nuestro y de nuestros padres, y en algunos casos el aporte del Estado vaya directo a engrosar los bolsillos de empresarios que se enriquecen a costra de nuestra educación y de la salud de la población", denunció Peralta.

La joven hizo un llamado "desde la agrupación Vencer a realizar asambleas de estudiantes para organizarnos y exigir una solución inmediata a la situación, porque no es posible que nuestra educación valga más que las ganancias de un puñado de empresarios".