El gobierno de Túnez aprobó el despliegue del Ejército después que manifestantes incendiaron una oficina de seguridad cerca de la frontera con Argelia. La militarización de las calles coincide con la persecución a dirigentes opositores y la detención de más de 800 manifestantes, cuando se cumple el quinto día de protestas por el alza de precios e impuestos.
A pesar de las protestas, el gobierno dijo que no va a revisar las medidas de ajuste que le fueron exigidas por el Fondo Monetario Internacional, como contrapartida por el otorgamiento de un prestamos de 2.900 millones de dólares.
El Ejército fue desplegado en varias ciudades para reprimir las protestas, a pocos días de celebrarse el séptimo aniversario de las movilizaciones que provocaron la caída del autócrata Zine El-Abidine Ben Ali, dando inicio a las protestas de la llamada Primavera árabe en toda la región.
El gobierno de unidad de Túnez -que incluye a islamistas, partidos seculares e independientes- ha señalado que la agitación ha sido provocada por "elementos criminales", para dar luz verde a la persecución de opositores.
Opositores presos
Entre los 800 detenidos durante las protestas de los últimos cuatro días se encuentran al menos 150 que son dirigente políticos municipales y coordinadores de los movimientos sociales.
El primer ministro Youssef Chahed ha acusado a la oposición de incitar los disturbios. El despliegue del Ejército buscó agilizar la persecución a los opositores, e intentar poner un freno a las protestas frente a la convocatoria realizada por el frente opositor para el próximo domingo, al cumplirse 7 años del inicio de la Primavera árabe en ese país.
Amnistía Internacional denunció una campaña de intimidación, tras la detención de periodistas, activistas y políticos -entre ellos tres miembros del Frente Popular, principal partido de la oposición.
El bloque opositor Frente Popular, rechazó los cargos, y volvió a llamar a una gran manifestación el domingo, en el séptimo aniversario de la caída de Ben Ali. |