En el contexto de la visita a Latinoamérica del Papa, el estudio del Latinobarómetro arroja los malos resultados para la iglesia católica chilena.
Esta entrega del estudio de opinión pública es sobre la percepción de los y las latinoamericanos/as sobre la Iglesia Católica, su opinión del Papa y el número de católicos en la región, todo esto en el periodo de 1995 a 2017.

El resultado viene con una sorpresa para Chile, evidenciando la bajísima aprobación que existe por la figura del Papa Francisco con apenas un 5,3 en una escala de 0 al 10 con una diferencia de más de un punto con el promedio de los encuestados en el resto de América Latina (6,8 en 2017).

Pero no solo la figura del pontífice es la afectada, ya que en dicho periodo el descenso de los devotos que se reconocían católicos a nivel latinoaméricano es evidente en toda la región exceptuando México (80% en 1995 a 59% actual), pero especialmente países como República Dominicana, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Uruguay, Chile y Honduras, donde hay menos del 50% de habitantes católicos de acuerdo a la encuesta. La cifra desciende a 45% en Chile.

Siguiendo la misma tónica la desconfianza se tomó la conciencia de la mayoría. En Chile esto está fuertemente representado con un descenso de la confianza en la institución de la iglesia de un 80% de 1995 hasta un 36% en 2017.

El instrumento caracteriza Chile, con un descenso sostenido en los adeptos de la iglesia, su confianza en la institución y en sus figuras más importantes, asociando estos eventos con los repetidos casos de abuso sexual a menores, el emblemático destape del “Caso Karadima” yla pasividad de la Iglesia frente a esos hechos.

En palabras de la Directora de Latinobarómetro, Marta Lagos “ si uno se pregunta si Chile es un país católico, de acuerdo a los datos ya no . No hay una voluntad de catolicismo como lo había años atrás. Es un proceso de secularización importante”.

La crisis de representatividad que tiene hoy la Iglesia Católica no se condice con el gran revuelo que ha causado en los medios y la propaganda que se hecho a la visita de Mario Bergoglio al país.
Abriéndose el cuestionamiento ¿Por qué el Estado laico Chileno financia 70% de la visita de una figura católica? ¿Por qué este evento entorpece el quehacer de una mayoría por el nombramiento de feriado para las fechas de misa? ¿Por qué se da pausa a la legislación sobre identidad de género en el parlamento? y finalmente ¿Viene a reponer este evento la moral conservadora y opresora de una élite chilena?