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La Izquierda Diario
16 de enero de 2015 Twitter Faceboock

A 96 AÑOS DE SU ASESINATO
Rosa Luxemburg: arrojarse para cambiar el curso de la historia
Cecilia Feijoo

El 15 de enero de 1919, Rosa Luxemburg era asesinada en Berlín junto a sus compañeros y camaradas. Una de sus armas predilectas fue la palabra escrita, dejando una obra extensa: artículos, panfletos polémicos y teóricos. Luego de más de medio siglo de publicadas sus obras completas en alemán, nuevos emprendimientos editoriales avanzan en publicar, en inglés, francés y castellano, una parte inédita de su trabajo.

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El ala izquierda de la socialdemocracia alemana

Cuando Rosa Luxemburg llegó a Alemania era una desconocida militante de la socialdemocracia polaca. Huyendo de la represión del zarismo sobre el movimiento revolucionario de ese país atravesó París y permaneció, desde 1898, en Berlín aconsejada por su camarada Leo Jogiches –que quería utilizar los recursos legales e ilegales de la socialdemocracia alemana para fortalecer el socialismo polaco. A diferencia de otros exiliados, Luxemburg no concentró sus tareas en la política polaca o rusa, sino que se inmiscuyó en los principales debates de la Internacional. En la serie de cartas que Luxemburg envió a su compañero Jogiches puede apreciarse el desconcierto y la desconfianza que el partido alemán le produce desde un primer momento.

Cuando dejó de ser una “desconocida” –estaba en el centro del debate contra el socialdemócrata Bernstein y el oportunismo– el “éxito” ganado y los ofrecimientos que recibió de los socialistas alemanes no la hicieron retroceder “ni un céntimo mi sentido crítico, ni me hace sonreír”. Era consciente del temor que su figura despertaba en la “familia” –así llamaba a los dirigentes socialistas alemanes–, no “solo entre los adversarios”, sino también en “el fondo del alma, entre los aliados (Bebel, Kautsky, etc.)”. ¡Esto escribía en 1899!

Discutía amistosamente con uno de sus “aliados” por ese entonces, Kautsky, rechazando el esperanzado y tranquilizador espíritu conformista de la socialdemocracia, confrontaba contra esa “imagen del mundo” que “representa al hombre de tal manera que su voluntad, su capacidad y sus conocimientos terminan siendo superfluos” y decía: “creo firmemente en la idea de que sería mejor arrojarse a las cataratas del Rin y hundirse como una cáscara de nuez, a mecer la cabeza sabiamente y dejar que las aguas sigan corriendo, como lo hacen desde el tiempo nuestros antepasados y seguirán haciéndolo cuando nuestro propio tiempo haya terminado”. Era mejor arrojarse al curso de la historia que esperar pasivamente que el socialismo “naciera” del progreso sindical y político, y de hecho este "progreso" devino su contrario, la catástrofe de la guerra.

La ruptura

Consciente de las contradicciones del “espíritu” socialdemócrata, la fractura que se produjo durante la Primera Guerra no fue para Luxemburg una eventualidad, sino la profundización de una grieta que ya era teórica, sensible y práctica. La socialdemocracia alemana, luego de apoyar la guerra y ante el fracaso de las clases dominantes en esta empresa, dispuso de su habilidad para contener la revolución de 1918 en los marcos de una república. El siguiente paso –aprendido de las lecciones de los marxistas en junio de 1848 y julio de 1917 como indicaba Trotsky– fue incitar a los obreros y soldados berlineses a un levantamiento prematuro: las jornadas de enero de 1919. El Partido Comunista Alemán (Spartaquista), recientemente fundado por Rosa y Liebknecht, era débil. La socialdemocracia aprovechó esta debilidad y se erigió en artífice de la contrarrevolución burguesa, y el 15 de enero asesinó a través de sus esbirros a Rosa Luxemburg, Karl Liebknecht, Leo Jogiches y varios militantes comunistas.

El legado de Rosa

Mientras en Alemania su figura sigue siendo aprovechada en la actualidad por la formación socialdemócrata Die Linke, encabezada por Oskar Lafontaine, una Europa atravesada por las contradicciones y padecimientos de la crisis económica mira los escritos de Luxemburg como una posible explicación a las profundas tendencias que anidan en ella. Claro que, la crisis europea aún no tiene las dimensiones que la que anticipó y vivió Luxemburg, pero la consecuencias de las políticas imperialistas en Asia y África, a flor de piel luego del affaire Charlie Hebdo, junto con la crisis social y política, preanuncian todo menos un mundo calmo.

Si algo legó Luxemburg fue sus escritos. Utilizó la palabra escrita, una tradición del marxismo clásico de esas décadas, para propagandizar la teoría marxista y la acción revolucionaria. Cuando publicaron los artículos que luego serían reunidos en Reforma o revolución, Franz Mehring pidió entrevistarla. Le dijo que estaba “maravillado” por su estilo y le preguntó por su siguiente “obra teórica”, una Luxemburg irónica comentaba en una carta “¿Qué le vamos a hacer?, evidentemente tengo el aspecto de una persona que debe escribir una obra importante”, y Mehring no se equivocaba. Hasta ahora las obras completas de Luxemburg habían aparecido en el idioma en que fueron escritas, el alemán, publicadas en los años ‘70 por la editorial Dietz Verlang Berlín. Recién medio siglo después de esta publicación se están traduciendo textos importantes de su biografía intelectual y política a otros idiomas como el inglés, francés y español. Este hecho marca un síntoma importante de los tiempos que estamos atravesando.

La editorial inglesa Verso publicó a fines de 2014 el primer volumen de sus The complete Works of Rosa Luxemburg dedicado a los escritos económicos de la revolucionaria. Mientras tanto en Francia, la editorial Agone, junto a un colectivo de trabajo de tendencia “libertaria” Smolny, publicó en 2014 el tomo IV de las Œuvres complètes de Rosa Luxemburg. Los dos primeros tomos estuvieron dedicados a los trabajos de economía marxista de Luxemburg, mientras que los dos últimos volúmenes compilaron los textos del debate del socialismo francés y los escritos contra la guerra imperialista de 1914 a 1919. Actualmente la editorial IPS Karl Marx está preparando la salida de un volumen de las Obras Selectas de Rosa Luxemburg que reúne textos inéditos en castellano sobre la revolución de 1818-19.

Luego de un largo período de reacción ideológica parece renacer cierto interés académico y político por sus escritos. Esto es un pequeño homenaje a la importancia de su figura política e intelectual.

Se recomienda la lectura de Paul Frölich, Rosa Luxemburg, Ediciones IPS, 2014 en

También se puede ver la película de Margarethe von Trotta, Rosa Luxemburg (1986)

 
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