La oligárquica Sociedad Rural Argentina es una aliada fundamental de Cambiemos y una de las entidades más beneficiadas por su política económica. La designación de Luis Miguel Etchevehere (su ahora ex presidente) al frente de la cartera de Agroindustria lo demuestra. El ministro, a tono con los planes del oficialismo, arrancó el año con un proyecto para desguazar el Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) que produjo 130 despidos y dejaría a otros dos mil empleados en la calle.
La SRA es sinónimo de explotación, trabajo infantil y en negro. Sin embargo, uno de sus dirigentes ha sido nombrado como supervisor de las condiciones laborales en el agro. Nos referimos a Abel Francisco Gurrieri, quien encabezará el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE).
Según consta en su página oficial, RENATRE es clasificado como un “ente de Derecho Público no estatal” y su directorio está conformado por miembros de UATRE así como de la mencionada Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas, CONINAGRO y la Federación Agraria Argentina. A esta presencia patronal, se suma la del Estado a través de síndicos del Ministerio de Trabajo. Según un informe de la propia organización, el empleo no registrado en el sector llega al 70%. Una verdadera confesión de parte.
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Gurrieri reemplaza en sus funciones a Ernesto Ramón Ayala, quien conduce el sindicato de peones rurales desde la muerte del nefasto Gerónimo “Momo” Venegas. Ambos representan una “mafia sindical” a la medida del macrismo, cuya función ha sido reproducir y profundizar la precariedad entre los obreros del campo.
La reciente designación de un miembro de la SRA al frente del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores, no hace más que sincerar la orientación de la organización. Y evidencia los planes que el gobierno, los empresarios y los burócratas tienen para el sector. | 
