Es un número inferior a los 234 muertos por estas fechas en 2017, pero sigue siendo una cifra que contabiliza la barbarie. Si se entra en detalle los números son más alarmantes: en el mismo periodo del 2017, 7189 personas sobrevivieron intentando llegar a Europa mientras que en éste año son ‘sólo’ 2360, unas tres veces menos los que intentaron llegar en barcas "patera" y sobrevivieron.
De los 201 fallecidos, 179 intentaban llegar desde Libia. Libia es hoy en día el inicio del último tramo migratorio para muchos subsaharianos. Junto a Grecia, es el principal tapón de la Europa fortaleza tras los acuerdos Marruecos-España y UE-Turquía para cerrar las fronteras.
El pasado día 9, se hundió la embarcación más grande encontrada este año con 16 supervivientes y se calcula unos 100 desaparecidos. Salió desde la ciudad de Khoms y pasaron horas hasta que fueron rescatados por la Guardia Costera de Libia para ser enviados a Tripoli. Una de las supervivientes, de origen nigeriano, se llama Zainab Abdesalam y declaró lo vivido a la agencia Reuters: "Me siento tan decepcionada porque no pude ir a donde quería. Me siento tan decepcionada y no quiero ir a prisión. No quiero ir a prisión".
Un millón de personas en las cárceles libias
Según denuncia Médicos Sin Fronteras (MSF), se calcula que un millón de personas han quedado atrapadas en las cárceles libias al intentar cruzar a Europa, centros financiados por la UE.
Al llegar a Libia, sufren todo tipo de abusos, vejaciones, violaciones o incluso entran en redes de esclavitud. Según denunció Joanne Liu, presidenta internacional de MSF: "Los gobiernos europeos prefieren tener detenida a la gente en esta situación". Liu visitó varios centros oficiales de detención financiados por la UE y declaró que el sistema de detención es "una compañía eficiente de secuestros, torturas y extorsión". |