El nuevo arancel en la frontera será del 30% del valor de los paneles solares en origen e impactará principalmente a las empresas chinas, en la mira de Trump porque éste considera que “inundan el mercado con precios artificialmente bajos”. A su vez, algunos modelos de lavadoras se gravarán con una tasa impositiva inicial del 20%.
La medida tiene como objetivo frenar las importaciones de productos fabricados en China, país con el que EE.UU. tiene el mayor déficit comercial -344.420 millones de dólares, lo que implica un alza de 8% más entre enero y noviembre de 2017-. Pero también golpea a las exportaciones mexicanas.
De acuerdo con la oficina del representante de Comercio Exterior (USTR, por sus siglas en inglés), en el caso de las células solares, el impuesto se aplicará durante el primer año, y descenderá se forma gradual durante los tres ejercicios consecutivos hasta dejarlo en el 15%. A su vez, los primeros 2,5 gigavatios importados cada año se librarán de la aplicación del arancel. Respecto a las lavadoras, la tasa subirá al 50% si supera los 1,2 millones de unidades anuales.
Robert Lighthizer, secretario de comercio exterior estadounidense y el máximo responsable de la renegociación del TLCAN con México y Canadá, justifica en un comunicado que la investigación llevada a cabo por su oficina concluyó que las importaciones están causando “un grave daño” a los productores estadounidenses.
Estos impuestos a productos importados tuvieron como antecedente otras medidas adoptadas contra Canadá por la madera o el avión CSeries de Bombardier.
Aunque las nuevas tasas fijadas por la administración estadounidense se enfocan en los paneles solares y lavadoras importados desde países asiáticos, en especial China, también afecta a productos fabricados en México, como el caso de las lavadoras de las marcas Samsung y LG.
México responde
La respuesta oficial desde el gobierno de Peña Nieto fue "Es lamentable la inclusión de México en la aplicación de salvaguardas a la importación de lavadoras domésticas a EE UU, ya que la propia Comisión de Comercio Internacional de dicho país (USITC, por sus siglas en inglés) concluyó que no existen perjuicios para la industria estadounidense, como consecuencia de las importaciones de lavadoras mexicanas. Adicionalmente, la propia industria estadounidense manifestó que el daño por importaciones no está relacionado con productos mexicanos".
En su comunicado, el gobierno mexicano explica que “las importaciones de paneles solares que EE UU realiza de México favorecen el desarrollo y el fomento de la utilización de energías renovables, lo que contribuye a reducir el consumo de energéticos fósiles”.
La Casa Blanca anunció esta medida proteccionista en la misma semana en la que tiene lugar la 6ta. ronda de negociaciones del TLCAN con México y Canadá, y cuando se está a las puertas de la participación de Trump en el Foro económico de Davos, símbolo de la globalización. Ahí presentará su agenda de “América primero”.
Según la Solar Energy Industries Association, que agrupa a las empresas del sector, la medida fiscal puede afectar a compañías que usan insumos fabricados fuera de EE.UU. y prevé que esta medida provoque la pérdida de 23.000 puestos de trabajo.
Trump sigue tensando la cuerda mientras las trasnacionales, tanto las estadounidenses como de otras potencias, se mantienen en la incertidumbre.
La crisis del modelo neoliberal, del cual tratados como el TLCAN son pilares, sigue en curso. Los pronósticos de crecimiento mundial rondan un 4.2%, aunque el crecimiento de las principales potencias occidentales sigue siendo muy moderado, apenas de 2.2% en el caso estadounidense. Es así que en las altas esferas de organismos internacionales, gobiernos y corporaciones buscan vías para aumentar la explotación de las mayorías, la base para incrementar su tasa de ganancia.
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