José Luis Cabezas fue asesinado por hacer su trabajo, por hacer fotos, por ser fotoperiodista.
Lo mató a quemarropas el arma del poder el 25 de enero de 1997, un año después de haber realizado la mítica foto al empresario postal Alfredo Yabrán en las playas de Pinamar, en la provincia de Buenos Aires. La foto tapa de la revista Noticias, medio para el que trabajaba entonces, dictó su sentencia de muerte, y no fue una muerte más durante el corrupto gobierno neoliberal de Carlos Menem.
Hoy, veintiún años después, los reporteros gráficos, como cada verano en Argentina, recordamos a José Luis y seguimos luchando por el juicio y castigo a todos los responsables de un crimen que al día de hoy aún está impune.
Contra la Reforma Previsional. Fotografía Dario Prado