1. Siguen lentos los avances. Según lo declarado por representantes de los tres países socios, en Montreal se avanzó en el cierre de un capítulo sobre reglas anticorrupción y en los rubros telecomunicaciones y normas sanitarias.
2. Ildefonso Guajardo, titular de la secretaría de Economía del gobierno de Peña Nieto, señaló: “Aduanas y facilitación del comercio están avanzando en nuevas normas vinculantes en esta nueva área sobre aduanas y están redactadas a un nivel mucho más alto de lo que se ha logrado en el marco de la Organización Mundial del Comercio y mucho más fuerte de lo que habíamos logrado en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP)”.
Pero el factor fundamental es que el gobierno mexicano está dispuesto a ampliar el porcentaje de insumos regionales utilizados en la producción automotriz. Un ejemplo de cómo mantiene su política de subordinación a la administración Trump.
3. Por su parte, Chrystia Freeland, ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, resaltó los avances que hubo en esta sexta ronda de renegociación y sostuvo que el diálogo en Montreal fue un paso importante para modernizar el acuerdo.
¿Qué propuso Canadá? Propuso un nuevo método de cálculo del contenido regional de cada vehículo -el porcentaje de piezas que monta procedente de los tres países de la región- que contemple también los componentes de alta tecnología y los sistemas informáticos, es decir, el software. Y así cumplir con la exigencia de Trump de llevar el 62.5% de componentes de automóviles producidos en la región al 85%.
4. Del lado de la administración Trump, Robert Lighthizer, su representante comercial, declaró que el progreso en las conversaciones del acuerdo comercial ha sido lento y afirmó que su país no ha sido injusto en temas de tratados de libre comercio.
En cuanto a las propuestas de Canadá sobre temas complejos como el contenido regional en el sector automotriz, afirmó “Las propuestas de Canadá pueden conducir a menos contenido regional, menos trabajo en Estados Unidos y posiblemente en México”.
5. Mientras durante el fin de semana el Washington Post informó que las rondas podrían aplazarse hasta 2019 debido a los comicios en los países socios, Guajardo lo desmintió: declaró que la renegociación podría finalizar durante la primera mitad del año, entre febrero y julio. Otra versión de funcionarios de los tres países indica que terminarían en marzo.
6. El temor de que Estados Unidos abandone las conversaciones estuvo presente al inicio de esta sexta ronda y persiste para la séptima, que tendrá lugar en la Ciudad de México en febrero. Lo que está en riesgo para las trasnacionales es un intercambio comercial de 1.2 billones de dólares.
Como explicamos acá, “un importante grupo de las organizaciones empresariales y patronales más importantes en EEUU, México y Canadá quienes están abogando por sus negocios, la explotación del trabajo en la región y la ‘libertad en el comercio’”. Son las corporaciones que se beneficiaron del avance de la precarización laboral en los tres países socios, a distintos niveles. Claramente es en México donde las condiciones de trabajo y de vida más se han degradado, con los salarios más bajos de todos los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
7. La crisis de la gran empresa de la “globalización” sigue. Las corporaciones no obtienen las ganancias extraordinarias de los primeros años posteriores a la firma del TLCAN en 1994. El enlentecimiento del comercio mundial da cuenta de eso. Su única variable de ajuste siempre son los trabajadores y los sectores populares. Las trasnacionales preparan una profundización de la explotación y el saqueo de recursos, y la “modernización” del TLCAN tiene eso como uno de sus objetivos fundamentales. El otro es que las corporaciones estadounidenses se lleven la parte del león.
Frente a este panorama, hay una salida que favorecería a los millones de trabajadores que habitan los países que integran el TLC. Es terminar con la explotación propia de este sistema capitalista a ambos lados de la frontera y la opresión imperialista de Estados Unidos sobre México. El primer paso para hacer realidad una integración económica, decidida y llevada adelante en función de los intereses de los trabajadores del campo y la ciudad, en una Federación de Estados Unidos Socialistas de Norteamérica. |