La avanzada del gobierno contra los sindicatos para disciplinarlos abrió una caja de pandora, llena de dólares, joyas, autos de alta gama y propiedades que nadie puede explicar. Muchas de estas “adquisiciones” son las que por estos días desvelan a muchos capos sindicales que están siendo investigados por una Justicia que de repente, muestra celeridad para investigarlos.
Tal vez el caso que más repercusión tuvo, por lo obsceno de la fortuna que venía acumulando, sea el de Balcedo quien desde principios de mes está, junto a su esposa Paola Fiege, preso en Uruguay. La Justicia de ese país, con la Policía e Interpol dieron por concluido la semana pasada, un operativo donde encontraron cajas de seguridad de bancos de Punta del Este y Montevideo donde guardaban poco más de 7, 5 millones de dólares. A esto hay que sumarle el zoológico trucho que poseía, autos lujosos como una Ferrari, un BMW, un Porsche, varios terrenos, una casa en un country y embarcaciones. Se presume que todos estos bienes son producto del lavado de dinero, donde el perjudicado o el “defraudado” es el sindicato.
Todo esto mientras el sueldo básico de un empleado de maestranza, afiliado al SOEME es de $16.000.
Además, recordemos, que cuando fue detenido Balcedo, lo primero que hizo su madre fue intentar despedir periodistas del Diario Hoy, del cual es propietario. Los trabajadores se plantaron, hoy rige una conciliación obligatoria desde el 22 de este mes, que tiene vigencia por 15 días.
Intervención a dos puntas
Debido a todo esto, que conlleva por parte del Juez Kreplak un pedido de extradición, que ahora Uruguay demoraría porque la fiscalía quiere avanzar en la investigación, con el argumento de que el sindicato se encuentra acéfalo (también están implicados otros miembros del Consejo Directivo), es que el juez intervino el SOEME y representantes del Ministerio de Trabajo de Nación y Provincia, serán los interventores.
Como sabemos, no son los trabajadores, afiliados a un sindicato los que pueden controlarlo, dirigir su política, sanear sus cuentas, a pesar de que sí son los que aportan todos los meses compulsivamente para sostenerlo. Cuando no son los dirigentes sindicales, es el Estado el que cumple esas funciones. Los afiliados: bien gracias, convidados de piedra.
El gobierno se vale de este tipo de personajes, que hacen negocios non sanctos usando a los sindicatos para amasar fortunas personales, para iniciar su ofensiva contra las organizaciones sindicales, con la que busca disciplinar y así poder pasar leyes y decretos ajuste y flexibilización laboral, cuestiones que obviamente afectaran al conjunto del pueblo trabajador. Para eso cuenta con una Justicia que se muestra solícita a sus requerimientos. |