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Siguiendo la tendencia de ayer, continuó subiendo el rendimiento de los bonos del Tesoro norteamericano a 10 años, denominados referenciales y a 30 años, denominados de largo plazo, que alcanzaron su mayor nivel. El promedio de acciones industriales Dow Jones perdía 0,17%, el índice S&P 500 se mantenía por debajo de su promedio móvil de 14 días, aunque permanecía sólo un 1,1 por ciento bajo un nivel de cierre récord que anotó el viernes. La explicación de estos movimientos debe buscarse fundamentalmente en dos factores. El más inmediato y que explica el alza del interés de los bonos, consiste en que los operadores esperaban subastas del Tesoro de 21.000 millones de dólares en deuda a 10 años el miércoles y de 13.000 millones de dólares en bonos a 30 años el jueves. El factor más de fondo que explica tanto el rendimiento de los bonos como los movimientos de la bolsa, son las expectativas con respecto a que la reunión de la Reserva Federal (Fed) del 16 y 17 de
Septiembre, adopte medidas monetarias más duras. Existen versiones encontradas entre aquellos que sostienen esta postura, considerando que la Fed podría decidir una suba de tasas de interés antes de lo previsto y quienes por el contrario, sostienen que mantendrá bajas las tasas de interés por un período mayor. Según las proyecciones de los mismos funcionarios de la Fed, las tasas se encontrarían en el 1% a fines de 2015 y llegarían al 2,5% a fines de 2016.
Tendencias de la economía real
Si bien es imposible prever las medidas que la Fed decidirá la próxima semana, sí se pueden conocer las variables que toma en cuenta para la construcción de la política monetaria. Según el discurso oficial, las claves para retirar las medidas de estímulo estarían dadas por una recuperación sólida de la economía, una disminución del desempleo por debajo del 7% y una inflación que supere el 2%. Si bien la economía norteamericana se encuentra en proceso de recuperación de la crisis que comenzó en 2007, esa recuperación es débil. Por ahora, el crecimiento pronosticado para este año es del 2,5%. Sin embargo como los inventarios mayoristas apenas subieron en Julio y esto sugiere un ritmo menor en la acumulación de bienes al comienzo del tercer trimestre, los economistas podrían reducir sus proyecciones. Pero incluso si se mantuviera el 2,5% que parece fuerte comparado con el 0% de crecimiento de la Eurozona, es en realidad una cifra débil, claramente por debajo del crecimiento promedio de Estados Unidos en las últimas décadas. Uno de los síntomas de esa debilidad se observa en el “mercado de trabajo” cuyo verdadero estado, más allá de las estadísticas que lo ubican apenas por debajo del 7%, tiene en vilo a la Fed. Otro de los síntomas se ubica en la baja inflación que lejos de la recomendación oficial para el retiro de estímulos, no supera el 2% como parte de las tendencias deflacionarias que están afectando a una mayoría de países. Por último, los récords que como tendencia viene arrastrando la bolsa, son expresión de un nivel de inversión en la economía real que dista mucho de estar en sintonía con la recuperación de las ganancias. Por todos estos aspectos, la decisión de la Fed es hasta cierto punto impredecible y oscila entre el temor a una nueva burbuja y el riesgo de que una recuperación económica débil no se sostenga sin estímulos monetarios. |