Hoy por la mañana un suceso insólito comenzó antes de mi clase. Soy profesor de una escuela privada. Antes de pasar lista a mis alumnos un grupo de ellos pidió tiempo para reflexionar sobre el caso de Marco Antonio Sánchez joven desaparecido por la policía de Miguel Ángel Mancera. Propusieron escribir unas cartas y buscar el modo de hacérselas llegar.

Omitimos los nombres de los que escriben y transcribimos algunos fragmentos para la Izquierda Diario México:

“Primero que nada, cuando yo vi la noticia, me impactó muchísimo la noticia Marco. La primera vez que la escuché en televisión, se me hizo absurda, puesto que la policía no puede hacer eso, conforme pasaron los tu historia se hizo viral, entonces fue que reflexioné que eso que pasó es muy grave. Un ejemplo de eso es Ayotzinapa (...) me genera odio lo que te hicieron, me alegría que ya te encontraron pero también tengo miedo de estar expuesta al caminar a la esquina” (Estudiante de 20 años)

“Tu caso me dio un coraje dentro de mí que lamentablemente vivimos en un país donde no existe la justicia. Qué bien que apareciste pero me da coraje que no regresaste como saliste de tu casa. Los jóvenes deberíamos de cuidarnos ya que es una buena opción además apoyar a los familiares para que estén más tranquilos”. (Estudiante 21 años)

“Me aterra la idea de pensar que solo por tomar una foto a un muro me detengan. Tu caso es un caso en el que debemos exigir justicia y no dejar en el olvido ya que todos estamos en riesgo de que nos pasen y hasta nos desaparezcan. No podemos olvidarlo, lo que te paso me genera odio”. (Estudiante 22 años)

“Estoy triste y con coraje. Marco, no me imagino cómo te encuentras. Tu familia debe tener dolor. Pienso que ya no hay ninguna pisca en las autoridades de este papis. Puede ser que los policías pensaron que estabas robando pero no era verdad tú eres inocente. Me da gusto que estés en tu casa, y vivo, pero me enoja saber como te dejaron y que no podemos esperar nada de las autoridades y del gobierno”. (Estudiante 19 años)

“Marco, hace unos años me pasó algo similar que estaba con mi novio y en un parque y la policía sin ningún derecho nos subieron a la patrulla. Solo por ser jóvenes nos reprimen, no nos dejan ser libres, no nos permiten estar tranquilos. En México tener una placa y un uniforme es sinónimo de miedo”. (Estudiante, 18 años)

Escribieron entonces. Los más de 40 alumnos escribieron cosas asombrosas. Vivimos en un país cuya juventud es despierta, lista, crítica, reflexiva y consciente del mundo que le tocó vivir.