Toda esta semana las fuertes lluvias provocaron inundaciones en tres de las provincias del noroeste argentino, siendo Salta la más afectada. En el municipio de Santa Victoria Este se montó un operativo para la evacuación de 10.000 personas de gran parte del municipio y de las zonas de la costa, esto se debe a la crecida del río Pilcomayo desde territorio boliviano.
Los trabajadores del ingenio El Tabacal que se encuentran luchando por sus fuentes de trabajo, levantaron el corte que venían realizando en la ruta 50 para permitir el paso de los evacuados y de camiones con alimentos y ropa de abrigo para los pobladores de ese municipio. Pero al mismo tiempo y usando a la población evacuada como excusa, la Policía de Salta militnarizó Hipólito Yirigoyen,f departamento de Orán, buscando por esa vía amedrentar a los trabajadores y sus familias.
Una trabajadora de la Sub Secretaría de Agroindustria de la provincia nos cuenta:
“En Aguaray ya está agotada la capacidad para recibir personas, hay aproximadamente unos 700 evacuados. En Tartagal, capital del departamento Gral. San Martín, también hubo evacuaciones. En la escuela de frontera de esa ciudad hasta hoy están alojadas 228 personas y el Centro Integrador Comunitario está albergando a 400. La necesidad está centrada en comida, agua y pañales para niños de muy corta edad, hay una buena movilización de la gente del departamento de San Martín que está ayudando con lo que tiene. Pero venir acá y abandonar todo lo que han construido los habitantes de Santa Victoria o del Chaco salteño, es durísimo, es muy traumático. Hay muchas familias numerosas mayoritariamente indígenas, también hay algunos criollos, pero mayoritariamente son familias indígenas”
No es casualidad el origen mayoritario de los evacuados, como relata esta compañera. Son los pueblos originarios los que viven en casas muy precarias, construidas al borde de arroyos o ríos, los primeros en sufrir las consecuencias de las inundaciones. Como la mujer que perdió la vida cuando las paredes de adobe de su casa se le vinieron encima, porque no resistieron las fuertes lluvias.
Esto sucede en la provincia dirigida por Urtubey, quien desde hace años viene favoreciendo los negocios de terratenientes como sus hermanos y familiares de miembros del gobierno nacional.
Ellos como representantes de este sistema que sólo trae oprobio y hasta la muerte para los que menos tienen, son los responsables.
Desmontes, negocios millonarios y penurias para el pueblo pobre
Es sabido que si bien las fuertes caídas de lluvias, fenómeno meteorológico predecible, produce las crecidas de los ríos, arroyos, etc., es el desmonte de bosques nativos y el monocultivo (la soja) los responsable de que las inundaciones sean tan devastadoras para los pobladores. Si tomamos de conjunto a la Argentina, entre el 2001 y 2014, el territorio sufrió una deforestación equivalente al 8% de lo deforestado en Sudamérica
En Salta “la linda” se sabe que la familia del gobernador Juan Manuel Urtubey es dueña de empresas de desmonte, que tiene por objetivo “explotar o administrar bosques, forestación y reforestación de tierras”. Pero no solo la familia Urtubey. Ya el año pasado salió a la luz que la gobernación de Urtubey le otorgó permisos especiales para ser desmontada, a fincas pertenecientes al primo de Marcos Peña, Alejandro Jaime Braun Peña. Que a su vez es integrante del directorio de varias empresas de la familia Macri. El primo del jefe de gabinete posee 10 mil hectáreas, la superficie de media ciudad de Buenos Aires, donde habitan comunidades wichi. Ya lleva deforestadas 7.000 de esas hectáreas.
La Ley Nacional de Bosques no impidió estas acciones, ya que lo que hace la gobernación de Salta es dar permisos de rezonificación. También Mauricio Macri posee una finca en esa provincia y cuenta con otro permiso de rezonificación. No solamente en el Congreso, votando sus leyes, es que el PJ salió en auxilio de Cambiemos, por lo que se ve.
Frente al cinismo de Urtubey y esta situación brutal que azota la vida de miles de personas en el norte argentino, hacemos propias las palabras de Federico Engels, cuando sostenía en 1845 que cuando la clase dominante, que posee actualmente el poder político y social, “pone a centenares de proletarios en una situación tal que son necesariamente expuestos a una muerte prematura y anormal, a una muerte tan violenta como la muerte por la espada o por la bala, cuando quita a millares de seres humanos los medios de existencia indispensables, imponiéndoles otras condiciones de vida, de modo que les resulta imposible subsistir, cuando ella los obliga por el brazo poderoso de la ley a permanecer en esa situación hasta que sobrevenga la muerte, que es la consecuencia inevitable de ello, cuando ella sabe, cuando ella sabe demasiado bien que esos millares de seres humanos serán víctimas de esas condiciones de existencia, y sin embargo permite que subsistan, entonces lo que se comete es un crimen, muy parecido al cometido por un individuo, salvo que en este caso es más disimulado, más pérfido, un crimen contra el cual nadie puede defenderse, que no parece un crimen porque no se ve al asesino, porque el asesino es todo el mundo y nadie a la vez, porque la muerte de la víctima parece natural, y que es pecar menos por comisión que por omisión. Pero no por ello es menos un crimen.”
Inundaciones también en Tucumán y Jujuy
También estas dos provincias del norte están sufriendo inundaciones. En Tucumán es el río Colorado, cercano a las localidades de Famaillá y Lules, el que se desbordó y en Tafí Viejo un joven perdió la vida, y viviendas ubicadas al borde de un barranco, estuvieron a punto de derrumbarse.
Se repite la misma situación, las familias con casas más precarias son las mayoritariamente perjudicadas.
La localidad de Orosmayo, cercana a La Quiaca, provincia de Jujuy, quedó aislada ya que el agua tapó la ruta 40.
Precisamente, en esa provincia gobernada por el radical –PRO de Gerardo Morales, es quien viene teniendo una línea represiva hacia sectores de vanguardia y de ajuste y despidos hacia los trabajadores, allá están los obreros del Ingenio La Esperanza y Ledesma para atestiguarlo.
Allí estuvo Macri para visitar las obras de reconstrucción de la localidad de El Volcán que quedó bajo un alud el año pasado, y luego se trasladó a Humahuaca. Allí fue abucheado por varios pobladores.
Mientras todo el norte del país sufre estas terribles inundaciones, el Presidente se dedicaba a jugar un partido de fútbol, riéndose en la cara de lo que significa para miles de norteños la pérdida de lo poco que tienen.
Cinismo sin igual de los CEO´s de Argentina. |