El Secretario de Estado estadounidense desde la Universidad de Texas declaraba que: “En la historia de Venezuela y otros países sudamericanos, muchas veces el ejército es el agente del cambio cuando las cosas están tan mal y el liderazgo ya no puede servir a la gente”. Si cualquiera alude a los golpes militares en el continente auspiciados por el imperialismo yanqui durante décadas no es mera coincidencia, es pura realidad.
En clara alusión a los viejos golpes militares en América Latina, Tillerson afirmó que según su experiencia, “cuando las cosas están tan mal, que los líderes militares se dan cuenta de que ya no pueden servir a los ciudadanos, gestionarán una transición pacífica”. Para el secretario de Estado “pacífica” es una manera de llamar a las líneas golpistas que prevalecieron en el continente, y han tomado forma en los golpes contra Zelaya en Honduras, y otras mecanismos golpistas en el continente como el de Temer en Brasil, o años antes contra Lugo en Paraguay.
De igual manera, con el total de los cinismos, el secretario de Estado llegó hasta a afirmar que "no hay comparación" entre el proceso electoral del 26 de noviembre en Honduras y los comicios que planea celebrar Venezuela antes de mayo. Tillerson respondió así a una pregunta de un estudiante de la Universidad de Texas en Austin sobre por qué Estados Unidos apoyó a Juan Orlando Hernández como presidente electo de Honduras pese a que los técnicos de la Organización de Estados Americanos (OEA) no lo reconocieron como vencedor, mientras critica con dureza un proceso que aún no ha ocurrido en Venezuela. Hipocresía no le falta al representante del imperialismo yanqui que piensa pasearse por el continente para aglutinar apoyos a su política ofensiva contra el gobierno de Maduro.
Estados Unidos reconoció en diciembre a Hernández pese a que la misión de observación de la OEA, la más amplia y de referencia, había emitido un duro informe que mencionaba "irregularidades, errores y problemas sistémicos antes, durante y después" de los comicios, lo que unido al "estrecho margen de los resultados", dijo, impedía "tener certeza" sobre el ganador.
Próximo a iniciar su gira por 4 países miembros del Grupo de Lima, Rex Tillerson dió un discurso sobre las prioridades de Estados Unidos con América Latina, durante el cual se enfocó especialmente sobre Venezuela. Un alto funcionario del Departamento de Estado al presentar las líneas del viaje de Tillerson a México, Argentina, Perú y Colombia entre el 1 y el 7 de febrero declaró que “El secretario continuará abogando por un incremento de la atención regional a las múltiples crisis en Venezuela. Con nuestro socios, prevemos continuar presionando al corrupto régimen de Maduro para que regrese al orden democrático”. De esta manera, las declaraciones de Rex Tillerson se dan en la víspera de esta gira latinoamericana, cuyos propósitos incluyen la articulación de aliados, en la agresiva política de la Casa Blanca contra el gobierno de Venezuela.
Los fuertes dichos del diplomático reflejan la dureza del giro político que quiere imponer Trump. Para lo que espera contar con sus aliados, entre ellos el argentino Macri, el peruano Kuczinsky, el mexicano Peña Nieto o el brasilero Temer. Si bien Latinoamérica no figura entre los ejes centrales de su política exterior, el gobierno estadounidense muestra su intención de intervenir en la crisis venezolana a través de sus peones regionales. El escenario político en ese país se encuentra tensado por el adelantamiento de las elecciones presidenciales, anunciadas por el gobierno de maduro para antes del 30 de abril.
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Tillerson cuenta con el apoyo, entre otros presidentes de la región, del presidente Mauricio Macri en su línea de meterse en los asuntos internos de Venezuela a favor de la oposición derechista a Maduro. El presidente argentino, al igual que el colombiano Santos, ya declaró que no reconocerá las elecciones presidenciales convocadas por el chavismo.
La gira comienza este jueves por México y estaría llegando a Argentina el sábado, provocativamente en la sureña ciudad de Bariloche. Como dice Diego Dalai por este medio, este hecho tiene un “importante simbolismo y provocación política. La famosa ciudad es una de las más importantes del sur argentino, región donde grandes terratenientes y monopolios de potencias imperialistas se apropian del patrimonio nacional y libran una guerra velada contra los pueblos originarios para arrebatar más tierras y recursos. Esta política de apropiación y saqueo dio un salto desde que asumió el gobierno de Macri en diciembre de 2015. En este marco, el Departamento de Estado anunció que en Bariloche Tillerson tratará temas como “los intercambios científicos y prácticas conservacionistas en el Parque Nacional Nahuel Haupi”.
La reunión con Macri está prevista para el lunes. Luego, la gira sigue a Lima, Perú, donde se reunirá con el presidente Pedro Kuczynski para avanzar en otro objetivo importante: preparar las condiciones para una visita de Trump a la Cumbre de las Américas que tendrá lugar en abril y que seguramente se convertirá en otro escenario de ataque del imperialismo contra el gobierno de Maduro.
Desde ya hay que rechazar y repudiar abiertamente la política injerencista del imperialismo yanqui en Venezuela acompañado de los perros falderos de los gobiernos derechistas latinoamericanos. De igual manera hay que levantar un fuerte repudio a la política del golpismo que levanta el nuevo secretario de Estado como parte de la orientación militarista del gobierno de Trump, y de tan triste historia en América Latina. Fuera las garras del imperialismo yanqui en Venezuela y en América Latina. Repudiemos la visita del secretario de Estado de Donald Trump en nuestro continente. |