Desde las 8 del martes está previsto el inicio del juicio por el crimen de Paulina Lebbos donde se encuentran entre los imputados ex integrantes de cúpulas policiales y un ex funcionario de la gestión de José Alperovich como gobernador. El proceso tendrá inicio 11 años, 11 meses y 11 días después de la desaparición de la joven en 2006.
Paulina Lebbos fue vista por última vez el 26 de febrero de 2006, cuando abordó un remise en la zona del Abasto, luego de una salida con amigas. Nunca llegó a la casa de César Soto, su pareja y padre de su única hija. Por la noche, su padre, Alberto Lebbos (subsecretario de la Juventud en ese entonces) realizó la denuncia en la ex Brigada de Investigaciones.
El 11 de marzo su cuerpo fue hallado en la vera de la ruta 341 y allí comenzaron los hechos que tiñeron de impunidad estos casi 12 años.
Desde las primeras semanas cobró impulso la hipótesis de una muerte durante una “fiesta de los hijos del poder”. Aquí se apuntaba directamente a los hijos de Alperovich y de Alberto Kaleñuk, entonces secretario privado del gobernador. Las numerosas maniobras policiales, judiciales y políticas que se pergeñaron refuerzan esta creencia en la población. ¿Por qué se involucrarían jefes policiales, fiscales, ministros con llamados cruzados, actas fraguadas, varios hechos de demora en peritajes y destrucción de pruebas si no hay alguien poderoso para “proteger”? El acto más simbólico, quizás, fue la visita nocturna del entonces fiscal de la causa, Alejandro Noguera, en la casa de Alperovich.
Son numerosos los interrogantes que rodean al proceso que se iniciará en la sala III, con los jueces Carlos Caramutti (presidente), Dante Ibáñez y Rafael Macoritto. Carlos Sale será el fiscal, mientras que Diego López Ávila, quien dirigió la última etapa de la investigación, actuará como coadyuvante.
Los imputados y una lista de testigos con nombres de peso
El entonces secretario de Seguridad, Eduardo Di Lella está imputado por los delitos de encubrimiento agravado y falso testimonio. Lo mismo vale para Hugo Sánchez (jefe de Policía en ese entonces), Nicolás Barrera (subjefe de Policía en ese tiempo), Héctor Rubén Brito (en su momento jefe de la Unidad Regional Norte de la Policía) y el ya policía retirado Waldino Rodríguez.
Además se encuentra como imputado Roberto Luis Gómez por privación ilegítima de la libertad seguida de muerte. El fiscal López Ávila investigó la pista del IMEI, código único de cada chip de celular, y comprobó que Gómez lo usó desde el mismo día que desapareció Paulina, razón de su imputación.
La lista de testigos para el juicio llega los 270, por lo que se espera que, aunque haya desestimaciones puntuales, el proceso dure todo el año. Entre los testigos llamados hay nombres importantes como el de José Alperovich.
El ex gobernador presentará su testimonio por escrito, amparado por los fueros como senador. Durante el proceso puede requerirse su presencia, aunque tiene la posibilidad de negarse y seguir respondiendo por escrito.
También están citados el ministro fiscal Edmundo Jiménez (entonces ministro de Gobierno y Justicia); Dante Bustamante, jefe de la Policía provincial entre 2013 y 2017. Sobre la fuerza hay sospechas por los ascensos de cada uno de los involucrados en el caso.
Por el Ministerio de Seguridad provincial deberá responder Pablo Baillo, al frente de la cartera en momentos del crimen. El actual ministro Claudio Maley también está citado, por haber elaborado en su paso por Gendarmería un informe sobre las pericias cuando se halló el cuerpo.
Como antecedente se encuentra la condena a tres policías en 2013 por las irregularidades cometidos durante el hallazgo del cuerpo de Paulina. El comisario Enrique García (jefe del destacamento de Raco) fue condenado a cinco años de prisión, Manuel Yapura a cuatro años y a Roberto Lencina a dos, por encontrarlos culpables de haber falsificado actas del procedimiento.
Este martes comienza un juicio que es a su vez un recorrido por un crimen que marcó los años del Alperovich en el poder.
Al respecto Alejandra Arreguez, referente del PTS en el Frente de Izquierda, sostuvo que “el encubrimiento y la impunidad en el crimen de Paulina Lebbos son un claro reflejo del régimen alperovichista. En estos años hemos visto burdas maniobras de encubrimiento. Acompañamos el reclamo de justicia por Paulina, por el fin del encubrimiento estatal. No podemos obviar el doble discurso del macrismo que por un lado denuncia a Alperovich y por otro negocia su voto en el Senado. No podemos permitir un pacto de impunidad, por eso sostenemos la movilización independiente”. |