El Intendente de la ciudad de Zárate, Osvaldo Cáffaro anunció hace unos días la adhesión al Pacto Fiscal impulsado por Cambiemos en busca de financiamiento para la ciudad. El pacto o responsabilidad fiscal exige a los municipios (entre otras cosas) no incrementar la planta de personal por encima del crecimiento de la población y mantener el gasto por debajo de la inflación. El salario de los trabajadores municipales es considerado un “gasto”, significa que no obtendrán aumentos para enfrentar la galopante inflación, mucho menos recuperarán lo perdido contra la inflación de los últimos años.
Finalmente, la deuda que tome el municipio no deberá superar el 8 por ciento de los gastos corrientes, condicionando la toma de deuda para resolver cuestiones propias del municipio (infraestructura, obra pública, etc.). A cambio de esto, los municipios tendrán asistencia financiera por parte de la provincia de Buenos Aires.
Te puede interesar: Otro capítulo de la guerra de Vidal contra los estatales
Cáffaro lanza así una línea de austeridad para los trabajadores pero no para los propios. El sueldo del Intendente supera los 220.000 pesos mensuales y el de los concejales que rondan los 55.000 pesos. Una burla para los municipales.
El gobierno municipal en manos del partido vecinalista “Nuevo Zárate” es responsable de administrar los ingresos de la ciudad desde 2007. Luego de 11 años de gestión y récord de crecimiento económico, no se han resuelto problemas relacionados a la infraestructura, tanto en educación, como en salud y obra pública; la falta de insumos en el hospital zonal y en la unidad de atención primaria (UPA); los problemas habitacionales que sufre la comunidad, entre otros.
De los dichos contra el ajuste, a los hechos con el ajuste
El intendente aliado al kichnerismo, que se paseó en cuanto programa de televisión pudo defendiendo el “proyecto nacional y popular” y rechazando el ajuste del gobierno nacional, hoy lo aplica sobre el municipio y el pueblo trabajador.
Los recursos para el municipio bien podrían conseguirse aumentándole los impuestos a las numerosas multinacionales que se radican en la zona.
Así, la casta política Zarateña se pone en sintonía de ajuste con el sector privado y los gobiernos nacional y provinciales. La zona de Zárate y Campana viene siendo castigada con despidos y suspensiones y hasta cierres de fábricas. De esta forma, los “opositores” como Cáffaro, quienes mucho dicen contra el ajuste nada hacen, más bien colaboran.
Te puede interesar: Del Polo industrial de zona norte al polo de despidos y suspensiones |