Fue en febrero del 2016 cuando por primera vez una pareja gay pudo contraer matrimonio en el estado de Jalisco.
Diversos colectivos y organizaciones de derechos humanos celebraron la afirmativa del congreso por avalar el matrimonio igualitario que no se dio sin una fuerte presión de sectores eclesiásticos y de la derecha conservadora posteriormente agrupados en el Frente Nacional por la Familia (FNF).
El matrimonio igualitario es un derecho democrático elemental conquistado por la diversidad sexual, sin embargo, aún no se reconoce el derecho de adopción y registro de parejas del mismo sexo así como una ley de identidad de género que permita a la comunidad trans reasignar su identidad.
Si alguien mantuvo esperanza en que el partido Movimiento Ciudadano retomara las demandas de la comunidad LGBTTTI, debido al impulso que le ha dado en la ciudad, los spots a favor de algunos de sus diputados y la agenda “rosa” a través de algunos eventos culturales (muy pocos, por cierto); pueden estar seguros de que sólo se trató de una simulación con fines electorales tras el anuncio de la alianza “México al frente” junto al derechista Partido Acción Nacional.
Cuidando las formas, Ricardo Anaya candidato por parte de México al frente expresó sobre el matrimonio igualitario que respeta la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pero que es un tema “que divide a las familias mexicanas”.
Sin embargo, sobre las demás demandas y aspiraciones de la comunidad LGBTTTI, el frente no ha sentado posición.
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Plenos derechos para la comunidad sexodiversa
Hace un par de años alertábamos sobre MC y su táctica para afianzar y ampliar su base social rumbo a las elecciones 2018, hoy parece muy acertada la predicción.
Y es que para erradicar la violencia de género hará falta más que sólo una jornada cultural por año para poder enfrentar dicha violencia, la discriminación y los crímenes de odio, que no cesan.
En la ruta por transformar a una sociedad profundamente homofóbica y conservadora, la aprobación del matrimonio igualitario, la adopción homoparental, una ley de género que permita reasignar identidad a quien lo desee, así como plenos derechos y acceso a servicios de salud no son derechos negociables.
Desde el Movimiento de Trabajadores Socialistas creemos necesario forjar una herramienta política de los trabajadores que se plantee la lucha por los derechos de la comunidad sexodiversa y sea independiente de todos los partidos vinculados con los empresarios y las cúpulas religiosas. |