No podían elegir mejor día: este 14 de febrero la UF y funcionarios del gobierno homologaron nuevos convenios a tono con los deseos del macrismo. En el marco de los tironeos con Moyano de cara a la marcha del 21, la UF se abraza con Triaca.
“Triunfo político del Gobierno: un gremio ferroviario firma un nuevo convenio laboral” titula el diario Clarín en su edición online del feriado de carnaval. El multimedio de Magnetto –experto en atropellos anti sindicales contra sus propios trabajadores- no se equivoca para nada en la evaluación que hace del acuerdo alcanzado entre la Unión Ferroviaria (UF) conducida por Sergio Sasia y las carteras de Trabajo y Transporte del Gobierno Nacional: los nuevos convenios para los ferrocarriles de pasajeros del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) es claramente favorable a la parte gerencial (dependiente directamente del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich) y sintoniza con las políticas de ajuste y flexibilización del macrismo.
¿Pero por qué Clarín lo califica como triunfo político? A una semana exacta de la marcha convocada por sectores de la CGT (Moyano) para este 21 de febrero, a la que se plegarán sectores del sindicalismo combativo y que el Gobierno se desvive por desactivar o intentar debilitar, uno de los más importantes gremios del transporte le “guiña el ojo” y le “tira onda” homologando un convenio que ya estaba elaborado desde el 4 de Enero pero que se legaliza y se da a conocer con toda pompa en la tarde de ayer, justo en el “San Valentín, día de los enamorados”.
Entre el 4 de enero y este 14 de febrero no hubo calma en la órbita ferroviaria: Vidal definió la liquidación de la Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial, entidad conocida popularmente como Ferrobaires, dejando cesantes a más de 1000 ferroviarios y ferroviarias, además de condenar a la extinción a ramales enteros y servicios de pasajeros de larga distancia, con lo que también se perjudica al público usuario del interior del país. ¿Qué hizo la Unión Ferroviaria ante este panorama? Cerró los ojos, como si los despidos no existieran y se puso a pensar en el regalo de San Valentín. Aunque la directiva de la UF no se quedó cruzada de brazos porque se movió para negarles hasta el más mínimo apoyo a los despedidos de Ferrobaires, llegando al colmo de cerrarles con candados la seccional Sud para impedir que realicen una asamblea. Decididos a gritar sus sentimientos a los cuatro vientos, los dirigentes verdes de la UF ya no tienen vergüenza de nada.
Un convenio con tintes flexibilizadores
Lo que la UF y el Gobierno presentan como el gran logro de este nuevo acuerdo es el hecho de haber unificado varios convenios preexistentes (prácticamente había uno por línea, por ejemplo eran distintos el del Roca y el del Sarmiento, con diferentes categorizaciones, etc) en solamente dos CCT. Para el Gobierno se trataría de una “modernización”. Para ilustrar de qué se trata: de 323 funciones que se describían en 6 convenios distintos, ahora se reduce a 103 funciones; de toda una diversidad de categorías en las que se encuadraba a los trabajadores, se pasaría a sólo 8. “Ahora cada trabajador estará dotado de más herramientas para cumplir más funciones”, explica Clarín. Es decir se apunta a la polifuncionalidad y a “mejorar la productividad”, a cumplir las mismas funciones con menos personal.
Voceros del Gobierno destacan que con estos nuevos convenios se pone el foco en “la meritocracia” y en la “formación y capacitación para lograr avanzar en una carrera ferroviaria”. Uno de los CCT anuncia (en su artículo 9, inciso C) que aumentarán las instancias de evaluación por parte de las empresas, con lo que todo quedará supeditado a los criterios arbitrarios de las cúpulas gerenciales que con el macrismo se ubican en “frecuencia CEO”.
El aspecto más escandaloso, plasmado en el nuevo convenio que comenzó a circular ayer entre los trabajadores de las líneas de pasajeros, es el de la extensión de la categoría inicial -de aprendiz- y el período de prueba, pasando de 3 meses a 12 (¡Sí, un año!).
En síntesis, si la reforma laboral (o mejor dicho contrarreforma, como definimos en La Izquierda Diario) no se logró encarar todavía y quedó trabada -por la oposición que encontró en las calles la reforma previsional en las jornadas del 14 y 18 de diciembre-, el deseo del Gobierno era imponerla convenio por convenio. O “pasito a pasito” como diría el tema de Luis Fonzi. ¿Quién se dispuso primero a bailar bachata? La Unión Ferroviaria, que firma estos convenios “testigo”.
Necesidad de enfrentar el ajuste, los convenios flexibilizadores y los despidos
La UF pedracista -conducida por Sergio Sasia y otros popes verdes- otrora ferviente kirchnerista, luego Sciolista-Rabolinista de pura cepa, ex Randazzista (que para devolver favores llegó a emprender la aventura política de aportarle candidatos de peso a Randazzo para sus listas para las elecciones legislativas del 2017, yendo a perdedores y siendo superados holgadamente en muchos distritos de la Provincia por las listas del Frente de Izquierda-FIT), hoy se abraza a Triaca y a Dietrich y en ese abrazo alcanzan al propio Mauricio Macri. Ni falta les hace pronunciarse abiertamente, ya lo están haciendo con los gestos.
Pero mientras tanto “la familia ferroviaria”, como ellos gustan describir a su base, sufre ajustes, flexibilización de sus condiciones de trabajo y también despidos. Sectores de la oposición antiburocrática ya comenzaron a organizar la pelea contra estos embates, como demostró un acto de los despedidos de Ferrobaires la semana pasada en Plaza Constitución. Confluirán con otros sectores en lucha en el Encuentro convocado por los trabajadores del Hospital Posadas este sábado 17. Es la única vía planteada ante (y en alguna medida contra) una conducción gremial ya entregada. En los próximos meses habrá que ver si los efectos de los nuevos convenios desarrollarán un cuestionamiento mayor a esta burocracia sindical “Macri friendly”.
*El autor es trabajador de la línea Roca y miembro de la Naranja Ferroviaria (PTS e independientes), agrupación integrante del Movimiento de Agrupaciones Clasistas-MAC.