El presidente de EE.UU., Donald Trump, se dirigió este jueves a lo que llamó "una nación de luto" tras la masacre de ayer miércoles en una escuela de Parkland (Florida).
"Hoy hablo a una nación en luto. Estamos todos juntos como una única familia", aseguró Trump en un discurso a los estadounidenses después del tiroteo, que dejó 17 muertos y quince heridos en un centro de educación secundaria.
El presidente Trump señaló que planea viajar a Parkland, para visitar a las familias de las víctimas y las autoridades locales, y que planea encontrarse con los gobernadores estatales para hacer de la seguridad en las escuelas "nuestra principal prioridad".
Con esa afirmación de Trump busca responder a la noticia que dio a conocer que el FBI había sido alertado sobre posibles ataques en setiembre pasado. Robert Lasky, funcionario del FBI de Florida, confirmó la denuncia pero dijo que, luego de varias “revisaciones y chequeos” no pudieron identificar a la persona que estaba detrás de los mensajes que circulaban en youtube, a pesar de que el usuario se llamaba Nikolas Cruz, el nombre real del autor de la matanza.
Trump prometió "enfrentar el difícil problema de la salud mental". Nuevamente el mandatario buscó explicar el ataque, como lo hizo con el que sucedió en Las Vegas, reduciendo la cuestión al estado mental del atacante. Así el presidente estadounidense resuelve el problema planteado cuando el atacante no responde a algunos de los “grupos enemigos”, según él, del estilo de vida estadounidense.
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En su discurso el presidente estadounidense no hizo mención alguna a posibles medidas legislativas para reforzar el control del acceso a armas de fuego. El cambio en la legislación para regular la venta de armar es reclamado por distintos sectores incluidos reconocidos líderes del Partido Demócrata.
Pero reducida la cuestión a esta dicotomía, a favor o en contra de un mayor control de armas, se dejan de lado las raíces de la violencia en un país cuyo Estado se funda en el racismo y la guerra imperialista. Estados Unidos es una sociedad profundamente polarizada donde una minoría detenta el poder económico y político, concentrado en un puñado de empresas y grandes bancos, y la polarización social y política sólo se ha profundizado, y el nuevo gobierno sólo ha contribuido a aumentarla. |